Células de tormenta sobre el sur de los Montes Apalaches. Crédito: NASA.

Celulas de tormenta sobre el sur de los Montes Apalaches, mision GPM. El trabajo de campo ligado al Experimento de Precipitación Integrada e Hidrología, es parte del proceso de validación desde tierra para la misión de Medición de Precipitación Global o GPM, Global Precipitation Measurement mission.

La espectacular fotografía que encabeza esta noticia era tomada desde la aeronave de la NASA de Gran Altitud ER-2, el pasado 23 de mayo de 2014, durante un estudio enfocado a obtener un mejor entendimiento de la precipitación que cae sobre terrenos montañosos.

NASA Armstrong Fact Sheet: ER-2 High-Altitude Airborne Science Aircraft

Esta aeronave recoge información sobre recursos terrestres, observaciones celestes, química y dinámica atmosféricas y procesos oceánicos. También se usa para investigación y desarrollo de sensores electrónicos, calibración de satélites y validación de datos obtenidos a través de los satélites.

Así, para obtener mediciones precisas desde el espacio, los científicos necesitan comprender qué está ocurriendo en la superficie, para poder validar y calibrar los instrumentos.

El trabajo de campo ligado al Experimento de Precipitación Integrada e Hidrología, es parte del proceso de validación desde tierra para la misión de Medición de Precipitación Global o GPM, Global Precipitation Measurement mission, misión de la cual nos hicimos eco hace varios días.

De esta manera, para la sexta semana de trabajos de campo en el sur de los Montes Apalaches ubicados de forma cuasi paralela a la Costa Este de los Estados Unidos, el equipo de la NASA y sus socios de la Universidad de Duke y el Banco de Pruebas Hidrometeorológicas del NOAA, instalaron estaciones meteorológicas con pluviómetros y radares a través del oeste de Carolina del Norte.

Además de estas fuentes, también recogieron series de datos a partir de satélites y dos aeronaves.

NASA Aircraft Concludes Six-Week Ground Validation and Hydrology Campaign

La aeronave ER-2 de la NASA fue capaz de volar cuando la lluvia estaba en el aire. La altitud de crucero de 65000 piés (casi 20 km) le mantuvo bien por encima de los sistemas tormentosos que estaba observando, permitiéndole actuar a modo de satélite de proximidad.

La aeronave portaba una serie de instrumentos, incluyendo tres que tomaron mediciones similares a aquellas tomadas por el Global Precipitation Measurement Core Observatory.


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