Vuelve a salir a la luz un estudio científico que relaciona el calentamiento global del Planeta, el del Ártico en particular y la ocurrencia cada vez más frecuente de episodios meteorológicos extremos en las latitudes medias del Planeta.

La novedad de este trabajo es que trata de vincular el papel del ozono atmosférico en la cadena de procesos que el calentamiento de la superficie del Ártico genera hasta ondular la Corriente en Chorro.

Un trabajo que incide en lo mismo: en las próximas décadas serán más frecuentes las olas de calor y las de frío en latitudes medias, como en la que se ubica España.

Un nuevo modelo climático

El estudio de investigación que ha sido publicado en Nature, ha desarrollado un modelo climático de última generación y un algoritmo de aprendizaje automático diseñado para comprender la química del ozono para simular el comportamiento de la corriente en chorro.

Con esa herramienta, los científicos han podido representar la capa de ozono como un elemento interactivo en el modelo que reflejan las interacciones de la estratosfera y la capa de ozono.

Se altera la corriente en chorro

Como han constatado otros muchos estudios, este modelo climático también ha demostrado que a medida que el Ártico se calienta, la corriente en chorro disminuye su velocidad y por tanto deja de seguir una trayectoria paralela al Ecuador apareciendo ondas o meandros.

Efectos de una banquisa ártica cada vez menor

La retirada del hielo marino permite un mayor transporte de calor desde el océano hasta la troposfera  y la estratosfera al propagarse hacia arriba las ondas atmosféricas a escala planetaria.

En la atmósfera superior, estas ondas dejan el impulso transportado, perturbando el vórtice polar estratosférico y provocando una ruptura de la circulación atmosférica, con un mayor potencial de impactar significativamente en la troposfera a mediados o fines del invierno y principios de la primavera.

¿Qué es la Corriente en Chorro?

Este término se refiere a la poderosa zona de vientos del Oeste que sopla en niveles altos de la atmósfera sobre las latitudes medias, impulsando las masas de aire y con ello las borrascas, de Oeste a Este.

El Jet Stream se desplaza a una altitud de aproximadamente 10 kilómetros, gracias a la diferencia de temperatura entre los Trópicos y el Ártico, alcanzando velocidades máximas de hasta 500 Km/h.