Evolución de la nube de ceniza volcánica. Servicio Meteorológico Danés

 

18.04.10. La animación muestra la evolución de la nube de ceniza volcánica en las últimas 48 horas, desde la explosión inicial hasta su expansión ayer tarde por buena parte del continente europeo. La ubicación de los centros de altas y bajas presiones en los distintos niveles de la atmósfera, configura el flujo de vientos en el continente. Las altas presiones reinantes en el Noroeste de Reino Unido están generando vientos del Nor-Oeste a Nor-Este su zona de influencia, expandiendo la nube hacia regiones más al Sur y Este. Las bajas presiones que tenemos al Suroeste de la Península provocan vientos del Suroeste en la Ibérica, impidiendo que la nube volcánica siga avanzando más al Sur de la Cornisa Cantábrica.

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Otro centro de bajas presiones ubicado en Escandinavia, propaga la nube de ceniza volcánica hacia el Este y Norte en esas regiones, como se comprueba en los últimos frames de la animación. Los modelos de previsión a medio plazo apuestan porque se situarán las bajas presiones desde el Atlántico a Escandinavia pasando por el Reino Unido. Las altas presiones se situarán en Europa del Sur y Central. Esta configuración isobárica, reforzada por la dorsal africana que ganará terreno entre la Península Ibérica y la Itálica, generaría vientos del Suroeste dominantes en toda Europa Occidental, por lo que es de prever que la nube volcánica se retiraría a latitudes mucho más al Norte y Nordeste del viejo continente en la próxima semana.

Claro está, es una situación temporal. De seguir la generación de ceniza volcánica, las distintas situaciones atmosféricas, terminarían por seguir expandiendo la nube por buena parte del Hemisferio Norte. De hecho, estimaciones de la NASA advierten que esta erupción podría ser el preludio de otra más grave y duradera. 

En este tema del foro de debate, estamos evaluando qué consecuencias en el clima de la Tierra podría tener una erupción tal prolonganda e intensa, analizando lo que sucedió en 1815 en el monte Tambora, en la isla de Sumbawa, en Indonesia. Dicho volcán expulsó casi 100 kilómetros cúbicos de polvo y detritus a la atmósfera. La ceniza volcánica envolvió por completo la Tierra, haciendo descender las temperaturas medias algo más de 3º grados (Nueva Inglaterra) y sobre 2º o más en Europa. 1.816 quedó en los anales de la historia como el año sin verano en Europa.

Otras explosiones más recientes, como el Pinatubo en Colombia o más lejanas, como el Krakatoa en 1.883, también dejaron sus huellas climáticas en nuestro Planeta.