Aspecto de la nube de polvo sahariano el 11 de marzo de 2019

Las advecciones de polvo sahariano hacia el Océano Atlántico son relativamente frecuentes. En ocasiones, son tan intensas que logran cruzar todo el charco y alcanzar las costas de América.

Es el caso de la que está teniendo estos días y que tan bien ha sido captada por los satélites meteorológicos.

Los vientos del Este, están arrastrando una nube de polvo especialmente densa que en cierta forma está afectando también a las Islas Canarias.

Arrancó hace un par de días

La advección de aire sahariano salió hacia el Atlántico el pasado 11 de marzo de 2019.

En la animación de imágenes satelitales que facilita el NUCAPS (Unique Combined Atmospheric Processing System) se aprecia perfectamente en tonos rojos y rosas la densidad de la nube de polvo.

Decenas de Kilómetros cuadrados están siendo invadidos por una importante masa de polvo sahariano, que se refleja tonos rosas y rojos en su zona más densa.

Elimina el agua precipitable

En los productos satelitales que aporta este organismo dependiente de la NOAA es destaca asimismo que el agua precipitable cae drásticamente en las áreas de la atmósfera afectadas por la advección sahariana.

GOES-16 Dust RGB a las 1530 UTC del 12 de marzo de 2019 superpuesto a las ubicaciones de sondeo de NUCAPS indicando el total de agua precipitable para el sondeo como se indica

De África al Caribe o el Amazonas

Este tipo de advecciones son relativamente frecuentes y cuando los vientos son especialmente fuertes, el polvo puede ser transportado varios miles de kilómetros hacia el Este, llegando hasta el Caribe, Florida o la costa del Golfo de los Estados Unidos y México.

O bien, como hemos comentado en alguna otra entrada, dirección hacia el Amazonas, donde estas enormes cantidades de arena juegan un papel muy importante.

Afecta a los sistemas tropicales

Resulta evidente que estas advecciones de polvo interfieren en el comportamiento meteorológico de las áreas afectadas.

El aire seco asociado a las invasiones de aire del Sahara, inhiben el desarrollo de huracanes y tormentas tropicales, incidiendo en algunas temporadas en la actividad ciclónica a nivel global.

182 millones de toneladas de polvo

Cada año salen del Sahara 182 millones de toneladas de polvo, de las cuales el viento deposita en aquella parte de América 27,7 millones de toneladas. El resto se desprenden en el océano, otras partes de África y de Europa, especialmente meridional.

22.000 toneladas de fósforo

El trabajo publicado en la revista científica Geophysical Research Letters, demuestra que anualmente llegan 22.000 toneladas de fósforo desde el Sahara a la cuenca del Amazonas, proporcionando una cantidad de nutrientes indispensable para la salud de la selva tropical.

Una buena parte del fósforo detectado en este viaje transoceánico procede de la depresión de Bodele (Chad), una zona cubierta antiguamente por un lago donde se acumulan rocas con gran cantidad de fósforo.

Un viaje a través de la zona de convergencia intertropical

Estas plumas de polvo sahariano parten de África impulsada por vientos alisios constantes e intensos, que llevan el polvo al continente americano en un canal paralelo al Ecuador aprovechando en muchas ocasiones el tránsito nuboso del ZCIT.

Habitualmente en primavera, estas oleadas de polvo del Sahara suelen llegar al Caribe, mientras que, conforme el calendario avanza, las advecciones saharianas arriban en la costa sudeste de Estados Unidos o en el Caribe.

Efectos sobre el clima y el ecosistema

Esta ingente cantidad de polvo en suspensión tiene sin duda alguna distintas consecuencias sobre el clima y el ecosistema del Atlántico y de las regiones americanas a las que llega.

Diferentes estudios de investigación en diferentes campos han constatado la importancia de la aparición de estos ríos de polvo en la atmósfera.

Nutrientes no solo para el Amazonas

Por ejemplo, el polvo africano que repone de nutrientes en cada oleada al suelo del Amazonas también nutre de minerales que aportan estas advecciones tiene para los cultivos de Florida.

Proliferación de algas tóxicas

Como efectos negativos, se ha constatado que el polvo sahariano al caer al océano favorece la proliferación de diferentes algas tóxicas en el Golfo de México y el Sur de Florida.

En nuestras costas provoca la aparición de mareas rojas y la salinización de los suelos del Sur de la Península Ibérica, de la costa mediterránea y Baleares. En esta entrada os hablábamos con detalle de las conclusiones a las que llegó la Red de Calidad del Aire de la Junta de Andalucía a este respecto.