El 23 de octubre de 2019, se inició un incendio forestal en el condado de Sonoma, California, cerca del pequeño pueblo de Geyserville. En seis días, las llamas del incendio de Kincade se extendieron por más de 75000 acres (303 kilómetros cuadrados), convirtiéndose en el mayor incendio forestal en California en 2019. Desde el 29 de octubre, el incendio había destruido más de 120 estructuras y había causado al menos la evacuación de 2000 personas.

Los vientos de Santa Ana y el Diablo.

Los vientos feroces en el norte de California, conocidos coloquialmente como vientos de Diablo, jugaron un papel importante en la propagación rápida del fuego.

El 27 de octubre, las ráfagas de viento llegaron a 96 millas (150 kilómetros) por hora, lo que hizo que el fuego fuera muy difícil de detener. Del 26 al 28 de octubre, el incendio creció en casi 48000 acres.

Esta animación de arriba muestra vientos sobre el oeste de los Estados Unidos entre el 20 de octubre y el 28 de octubre de 2019.

Las ráfagas más fuertes aparecen de color amarillo brillante; vientos más débiles son morados. Los datos del viento provienen del Sistema 5 de Observación de la Tierra de Goddard (GEOS-5), un modelo meteorológico experimental que los científicos de la NASA utilizan para analizar fenómenos meteorológicos globales. El modelo GEOS ingiere datos de viento de más de 30 fuentes, incluidos barcos, boyas, radiosondas, sondas, aviones y satélites.

Los vientos del Diablo tienden a originarse en la región de la Gran Cuenca de Nevada y Utah. Los vientos son alimentados por aire, desde áreas de alta presión, que se mueve hacia áreas de baja presión y elevaciones más bajas cerca de la costa.

En el camino, las masas de aire pasan sobre las cadenas montañosas de California y bajan a través de los valles, lo que hace que el aire se comprima, se caliente y se seque. Estos vientos cálidos, secos y racheados pueden exacerbar las condiciones del incendio y llevar brasas al próximo parche de tierra. Vientos similares, los de Santa Ana, ocurren en el sur de California y actualmente avivan las llamas del incendio de Tick.

La imagen de arriba muestra una vista en falso color de la cicatriz de la quemadura del incendio Kincade como apareció el 26 de octubre de 2019.

La imagen combina infrarrojo de onda corta, infrarrojo cercano y luz verde del Landsat 8 (bandas OLI 7-5- 4) para distinguir mejor entre vegetación quemada (marrón) y vegetación no quemada (verde). Los rojos más brillantes son frentes de fuego activos.

El incendio de Kincade encaja con una tendencia de incendios más grandes y destructivos en California en otoño; Los incendios en esta temporada están fuertemente influenciados por los vientos y el clima seco.

Vientos terrales o de tierra.

A pesar de la espectacularidad del fenómeno, ya sabemos que en los Estados Unidos casi todos los fenómenos meteorológicos que se manifiestan, lo hacen a lo grande.

Pero estos feroces vientos de Santa Ana y del Diablo no son más que vientos terrales, que son bien conocidos en nuestro país. Especialmente a lo largo de la fachada mediterránea, y en particular en las zonas costeras de las provincias de Málaga y Granada. En estas zonas los vientos terrales hay ocasiones en que alcanzan grandes velocidades y sufren enormes cambios en sus características de temperatura y humedad.