Zona de baja presión en el Mar Tirreno, bajo sospecha de convertirse en un caso de «medicane«. Imagen visible de las 16:10 UTC, 19 de septiembre de 2018.

Desde hace unas pocas jornadas, algunos modelos meteorológicos han estado modelizando la formación de un llamativo medicane en el Mar Tirreno.

Y lo cierto es que, durante esta pasada mañana, se ha formado un gran Sistema Convectivo de Mesoescala en la zona, que ha invitado a pensar que sí se estaba gestando. Sin embargo, con el paso de las horas, la potente convección ha venido a menos… Entonces, ¿medicane sí o medicane no?

Posibles «artifacts» o artefactos de los modelos.

No es la primera vez, ni será la última, que un modelo meteorológico, especialmente los mesoescalares, «pierden la cabeza» modelizando estos raros sistemas meteorológicos.

Se les indigesta la energía en forma de calor latente liberado por extensos sistemas tormentosos que se forman asociados a esos sistemas de baja presión.

Estadísticamente, esta es la opción más probable, aunque nunca hay que bajar la guardia… Pero, por ahora, es lo que hemos comentado más arriba: el gran Sistema Convectivo de Mesoescala que se formaba esta mañana, se ha venido abajo. Sólo quedan restos convectivos que dejan ver al menos dos centros de circulación ciclónica en superficie (ver imagen de encabezamiento).

Así que, por ahora, medicane no…

Altos valores de Agua Precipitable Total.

Agua Precipitable Total (MIMIC v2), con máximos en el Mediterráneo Occidental y al sur de Azores (correspondiente con lo que un día fue la tormenta tropical JOYCE). 19 de septiembre de 2018, 16 UTC.

A pesar de que lo más probable es que no se forme nada parecido a lo que han modelizado algunos modelos, es necesario destacar algo:

Todo el Mediterráneo Occidental presenta valores significativos de Agua Precipitable Total. Y este sistema se ha formado embebido en toda esta humedad que, inicialmente procedente de la Zona de Convergencia Inter Tropical, parece haber adquirido características autóctonas mediterráneas.

Como decía Juan José en este tuit, parecía que estábamos presenciando un proceso de ciclogénesis tropical pero en latitudes extratropicales.

Vamos a seguir los progresos de este sistema de baja presión en este hilo de nuestro foro.

¿Qué es un medicane?

Los Medicanes son un tipo bajas o ciclones en superficie cuya apariencia visual y mecanismo interno de funcionamiento es muy similar al de un ciclón tropical pero sin que su origen sea en latitudes tropicales, y sin compartir otro tipo de características propias de los ciclones tropicales puros.

Estas bajas cerradas tienen un tamaño más reducido en cuanto a dimensiones horizontales, y por ello se las clasifica como bajas mesoescalares (mesoescalar hace referencia al nivel  que se forman dentro del rango de fenómenos de Mesoescala o escala típicamente inferior a la escala Sinóptica), y están bien documentadas científicamente

Pueden acontecer sobre cualquier zona marítima del globo, sin importar que sean regiones de altas latitudes y sobre mares u océanos fríos. En estos casos, en el idioma anglosajón se les da el nombre genérico de Tropical Like Cyclones o ciclones similares o parecidos a los tropicales.

Cuando estos acontecen en la cuenca Mediterránea se les denomina de varios modos como Medicanes (“medi”, mediterráneo, y “cane”, de hurricane, huracán en inglés), también Tropical Like Cyclones, o Hurricane-Like Cyclones. Este término fue introducido por Ferry A. Emmanuel (ver referencia final). Además, estas bajas muestran una apariencia visual muy característica y (no sería descabellado afirmarlo) propia de esta Cuenca.

¿Cómo suele ser la formación de un Medicane?

Una configuración atmosférica muy común y que más favorece su aparición es el desprendimiento de borrascas de latitudes medias de la circulación general del oeste que se desplaza sobre las aguas más cálidas del mediterráneo lentamente. La borrasca madre es baroclina en origen, o sea, su desarrollo y mantenimiento se debe al contraste térmico que existe en la atmósfera, tanto horizontal como vertical, típica de las borrascas polares. La borrasca inicialmente es una anomalía de aire frío en todos los niveles.

El proceso suele desembocar en la formación de una borrasca fría aislada (BFA) en superficie y  que en altura lleva asociada una depresión aislada de niveles altos (DANA). En ocasiones, la BFA en superficie permanece estática o errática en cuanto a su movimiento, y se hace muy persistente aunque se va debilitando con el paso del tiempo.

Se mantiene, por otro lado, la DANA en altura, aunque puede también sufrir un debilitamiento progresivo. Esta configuración atmosférica, cuando su desplazamiento en conjunto es débil o casi estacionario suele traer asociados campos de cizalladura bajos o muy bajos, factor muy importante en la génesis de estos ciclones espaciales.

En un momento de su ciclo de vida la baja en superficie y la de altura se sitúan ambas en la vertical favoreciendo los desarrollos convectivos cuando se ubican sobre aguas marinas más cálidas que el aire ambiente. En ocasiones la DANA se debilita tanto que sólo queda una vaguada dinámica poco marcada con un núcleo frío en niveles medios.

Bajo estas condiciones, la convección que tiene lugar en el área influenciada por BFA y DANA, puede llegar a reforzar la baja en superficie mediante mecanismos de liberación de calor latente de la propia convección e intercambios de calor mar-aire, en proporciones menores que en las aguas tropicales.

Los procesos incrementan la profundidad de los fenómenos convectivos y el gradiente de presión, que a su vez favorecen la convergencia en niveles bajos y nuevos desarrollos convectivos. Este proceso es uno de los más importantes que hace que los ciclones tropicales se desarrollen e intensifiquen, ayudados también por la intensa evaporación oceánica en océanos cálidos. La baja mesoescalar comienza a desarrollarse y mantenerse con una dinámica parecida a la de los ciclones tropicales.

Este proceso es el responsable básico de que estos medicanes muestren un núcleo cálido (warm-core) en niveles bajos,  embebidos en entornos de niveles medios altos relativamente fríos. En algunos casos es marcado en las salidas de los modelos numéricos y en otros no lo es tanto, dependiendo de las características del modelo usado, su física, resolución, etc. Frente a la anomalía cálida de niveles bajos, persiste la fría en niveles medios. Esta es una diferencia fundamental respecto a sus “hermanos” del Caribe.