21.06.10. A veces se tiene la suerte de observar en el cielo nubes agujero, bien apareciendo en nubosidad de tipo alto o bien atravesando a nubes de tipo medio. ¿Cuál es la explicación de la aparición de esta especie de heridas en las nubes?  Andrew Heymsfield, un científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR), es el autor principal de un nuevo estudio que trata de dar más luz sobre la génesis del fenómeno y más concretamente, acerca de las precipitaciones que están asociadas a la aparición de estas nubes en el cielo.

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Todos sabemos que las nubes contienen gotitas de agua a temperaturas bajo cero, por debajo de -15 ºC. Este trabajo demuestra que al atravesar un avión de turbohélice o tipo reactor dichas nubes, el aire se enfría detrás de las hélices y las alas de los aviones a reacción, la gotas de agua se congelan y caen hacia tierra. Además de producirse la precipitación, la nube queda herida. El observador se encuentra con una nube agujero.

Este tipo de precipitación de los aviones se produce de forma más habitual en regiones del noroeste del Pacífico o del oeste de Europa debido a la frecuente aparición de capas de nubes con gotas sobreenfriadas, según cuenta Heymsfield en su trabajo. “Cualquier avión que vuele a través de estas condiciones específicas, estará alterando las nubes de una manera que puede resultar en una precipitación cercana”, dice el científico.

A menudo estas observaciones provocan cierto desconcierto en la población, recordemos el reciente caso en Moscú…

 

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De hecho ya en la década de 1940, los científicos se preguntaban acerca de las causas que provocaban estas nubes, que como muestran tantas otras referencias en internet se tratan de agujeros aparentemente hechos por una perforadora gigante, empezando entonces la comunidad científica a buscar una explicación al mecanismo que origina estas formaciones.

Los investigadores propusieron una serie de posibles causas relacionadas con la aviación, desde las ondas de choque acústico producidas por los aviones o a la formación de hielo a lo largo de las estelas de aviones ya que las primeras observaciones siempre fueron asociadas a aviones a reacción, pero no de hélice, como causantes de los agujeros.

En la década de los ochenta, se empezó a sopesar la posibilidad de que los aviones de hélice podrían transformar el agua sobreenfriado gotas hasta convertirlas en cristales de hielo llevándose a cabo los primeros experimentos en la siguiente década, no sin mucho éxito.

No ha sido hasta ahora cuando los científicos han podido comprobar como la nieve puede caer al suelo como consecuencia del paso de un avión a través de una nube, tal y como ocurrió cuando el grupo de científicos que dirige Heymsfield lo constataron en un experimento al oeste del Aeropuerto Internacional de Denver. Mientras que el equipo de investigación no se dio cuenta de algo extraño en el momento de su vuelo, una revisión posterior de los datos de un radar basado en tierra en la zona reveló un eco inusual, lo que indica que la banda de precipitación evolucionó rápidamente, lo que constató la hipótesis de partida. Para ello, este equipo de científicos empleó múltiples aparatos y radares meteorológicos que lograron dar validez al complicado experimento.