Imagen visible del Atlántico Norte a través del satélite AQUA (sensor MODIS), 30 enero 2014.

La atmósfera sigue mostrándose muy activa en buena parte del Hemisferio Norte, de tal manera que desde el Atlántico Norte hasta el Mediterráneo, podemos encontrar fenómenos pertenecientes a la categoría de Meteorología Extrema. Vamos a ver cuáles han sido, a vista de satélite.

Los satélites meteorológicos TERRA y AQUA, de la NASA, a través de su ultra sensible instrumentación conocida como Espectro Radiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS), nos ofrecen un increíble y privilegiado punto de vista a través del cual contemplar la ocurrencia de todos estos fenómenos.

Dada la enorme resolución de las imágenes que captan, en modo visible, de incluso 250 m., los fenómenos meteorológicos pueden ser captados con enorme detalle, como ya se demostró en una noticia anterior de hace un par de semanas.

Es por ello que se ha vuelto a echar mano de estos satélites para poner de relieve los dos fenómenos meteorológicos más destacados de ayer.

El primero de ellos resulta perfectamente visible en la imagen que encabeza esta noticia, mosaico de las imagenes captadas por el satélite AQUA en sus sucesivas pasadas.

Este fenómeno es la profunda borrasca NADJA, ubicada al oeste de Irlanda, y que hoy mantiene sumidas a las Islas Británicas bajo un intenso temporal, que en aguas atlánticas se está traduciendo en olas gigantes impactando en las costas tanto de estos territorios, como en las de Francia y España.

En el foro de debate se está siguiendo la evolución de esta situación.

Pero lo más llamativo, desde el punto de vista de lo que se puede apreciar visualmente en la imagen, es la longitud extrema del frente asociado a esta borraca: se extiende desde el Golfo de México hasta nada menos que un punto cercano a las costas de Irlanda, ¡con una longitud total superior a los 6000 kilometros!

Además de este fenómeno, se observan otros dos: la extensa superficie nevada en Norteamérica, en donde la ola de frío sigue instalada, y va casi un mes… y otro fenómeno que cuesta mucho más identificar en esta imagen, debido a su relativo pequeño tamaño, ya que es un fenómeno que pertenece al nivel de la mesoescala.

Agudizando la vista, es posible diferenciarlo justo debajo de la «e» en la palabra «System», en el Mar de Labrador; se trata de un huracán ártico, también conocido como baja polar o vórtice mesoescalar polar. Ampliando la imagen, la cosa cambia de forma radical.

Imagen visible de un huracan ártico en el Mar del Labrador. Satélite TERRA (sensor MODIS), ayer.

Ahora sí es posible distinguirlo nítidamente, resultando muy fácil entender por qué también se le llama huracán ártico, y es que las bandas nubosas, formadas por nubes convectivas, se disponen en bandas espirales en torno a un ojo libre de nubosidad, de forma muy similar a como lo hacen las asociadas a un verdadero ciclón tropical de bajas latitudes.

Este fenómeno se produce de forma bastante frecuente sobre las aguas septentrionales del Atlántico Norte, incluyendo al Océano Ártico, con casos muy llamativos, como el que afectó al norte de Escocia en la Navidad de 2011.

En realidad, los mecanismos que alimentan a estos ciclones son similares a los que alimentan a verdaderos ciclones tropicales, ya que su fuente de energía se basa en gran medida en la liberación de calor latente a partir de la convección.

¿Cómo puede darse este fenómeno en lugares tan extremadamente fríos? Sencillo: a pesar del frío extremo en el Ártico, precisamente la enorme diferencia térmica entre la temperatura del agua del océano, y la masa extremadamente fría que advecta encima, resulta en la formación de convección la cual libera calor latente el cual la baja utiliza en un entorno de baja cizalladura para profundizarse y adquirir una cierta organización y apariencia similar a la de un ciclón tropical, sin serlo.

Evidementemente, aunque guardando similitudes en cuanto a mecanismos de alimentación y profundización de la baja presión, las diferencias son enormes y lógicas.

Análisis atmosférico del entorno sinóptico, 31.01.14, 00 UTC. Crédito: eumetrain.

Por último, la mirada hay que dirigirla un poco más cerca de nuestro país, y utilizando otro satélite meteorológico, el Meteosat 10. Esta vez, por los efectos de la inestabilidad asociada a la borrasca MAYLA sobre Roma, Italia.

Durante la pasada noche, tormentas severas azotaron esta importante ciudad y otras regiones anejas, con lluvias torrenciales originando inundaciones de diversa importancia.

En la red social Twitter, Mari Ramos, de la CNN, habla de 135 mm en 24 horas en la ciudad de Roma.

Pero también con otro efecto añadido, como es la increíble nevada caída en Livigno.

En la imagen, las tormentas severas aparecen realzadas en colores de tonos muy vivos, coincidiendo con los topes nubosos más fríos, delatores de poderosos cumulonimbos con poderosas corrientes ascendentes (convección profunda).


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