Tormenta tropical ERIN azotando Oklahoma, 19.08.07, 15 UTC.

Tormenta tropical ERIN azotando Oklahoma, EEUU, 19.08.07, 15 UTC.

19.07.13. En el verano de 2007, la tormenta tropical ERIN dejó perplejos a los meteorólogos. La mayoría de los ciclones tropicales se disipan tras penetrar en tierra firme, debilitándose por numerosos factores, desde la fricción con la orografía pasando por la cizalladura del viento, hasta la pérdida de la fuente de energía calorífica que supone el océano. No fue el caso de ERIN, que se intensificó mientras se movía a través del estado de Texas.

En el foro de debate se hizo seguimiento de la tormenta tropical ERIN, aunque debido al paso del tiempo, se han perdido algunas de las imágenes que se postearon en su momento.

ERIN es un ejemplo de un nuevo tipo de ciclones tropicales de tierra firme, recientemente definido, que mantiene o incrementa su intensidad después de tocar tierra, de acuerdo con una investigación financiada por la NASA, realiazada por Theresa Andersen y J. Marshall Shepherd de la Universidad de Georgia en Atenas.

Antes de tocar tierra, las tormentas tropicales reúnen energía a partir de las aguas cálidas del océano. Las tormentas, en la categoría recientemente definida, derivan su energía de la abundante humedad del suelo, en vez de la evaporación sobre los océanos calientes (un fenómeno de Andersen y Shepherd llaman el «océano marrón»).

«La tierra, esencialmente, imita el ambiente rico en humedad del océano, donde la tormenta se originó«, dijo Andersen.

Durante aquella tormenta, ERIN, el meteorólogo americano Dr. Jeff Masters definió a esta tormenta como landcane (o huracán de tierra).

El estudio citado es la primera evaluación global de la fuerza y estructura de los ciclones tropicales después de tocar tierra, y el tiempo y condiciones ambientales en que estos ocurren.

Caracterización de Ciclones Tropicales de Tierra Firme. Crédito: NASA.

Caracterización de Ciclones Tropicales de Tierra Firme. Crédito: NASA.

«Una mejor comprensión de los subtipos de tormentas de tierra firme, y las diferencias en los procesos físicos que las conducen, podría definitivamente mejorar los pronósticos meteorológicos«, dijo Andersen. «La predicción y avisos tempranos pueden ayudar a minimizar los daños y la pérdida de vidas debido a inundaciones repentinas, vientos huracanados, y otros peligros asociados a los ciclones tropicales«.

El estudio fue publicado en marzo de 2013, en el International Journal of Climatology.

Para mejorar el entendimiento sobre ciclones tropicales que sobreviven tras impactar en tierra, Andersen y Shepherd accedieron a los datos archivados por el Centro Nacional de Datos Climático de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), desde 1979 hasta 2008.

Las tormentas debían cumplir el criterio de retener una presión atmosférica central medible durante el tiempo en que recorriera al menos 350 km en tierra firme, lejos de la influencia marítima de la costa más cercana.

A continuación, obtuvieron los datos atmosféricos y ambientales de antes y después de las tormentas, a partir de la Era Moderna del Análisis Retrospectivo para la Investigación y Aplicaciones, de la NASA.

De los 227 ciclones tropicales de tierra firme identificados, 45 mantuvieron o incrementaron su intensidad, tal como se determinó por su velocidad del viento y presión central. Los investigadores mostraron, sin embargo, que no todas estas tormentas fueron alimentadas igual.

En octubre de 2012, el huracán SANDY demostró el poder destructivo de los ciclones extratropicales (un tipo de tormenta bien estudiado que sufrió una conocida transición térmica y física).

Estos sistemas comienzan como ciclones tropicales de núcleo cálido que obtienen la energía del océano. Sobre tierra, las tormentas transicionan a ciclones extratropicales de núcleo frío que obtienen su energía a partir del enfrentamiento entre diferentes masas de aire.

Del estudio de las 45 tormentas sobre tierra firme que mantuvieron o incrementaron su intensidad, 17 pertenecían a esta categoría.

La tormenta tropical ERIN, sin embargo, se encuentra entre la categoría de tormenta recién descrita que presentaron 16 de los 45 ciclones tropicales.

En vez de transicionar desde núcleo cálido a núcleo frío, estas tormentas mantienen sus características tropicales de núcleo cálido.

El tipo de tormenta, que Andersen y Shepherd denominan Eventos de Mantenimiento e Intensificación de Ciclones Tropicales, en inglés TCMIs, tienen el potencial de generar mucha mayor cantidad de lluvia que sus contrapartes extratropicales.

Hay casos en otras partes del mundo que podrían pertenecer a este nuevo tipo de ciclones tropicales sobre tierra firme, como el que analizamos hace varios años en este portal: Raro caso de posible tormenta tropical sobre Namibia y Botswana

Puedes leer el resto del artículo original, en inglés, en el siguiente enlace: ‘Brown Ocean’ Can Fuel Inland Tropical Cyclones


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