Imagen en modo infrarrojo y altura geopotencial de 300 hPa, 28.09.12, 06 UTC.

Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) en el suroeste peninsular. Imagen en modo infrarrojo y altura geopotencial de 300 hPa, 28.09.12, 06 UTC.

01.10.12. Una vez concluido el episodio de lluvias torrenciales con un trágico balance final de 10 fallecidos y extensos territorios afectados por la violencia de las aguas, hemos querido implicarnos de nuevo en la difícil tarea comenzada por distintos meteorólogos, de desterrar el término «gota fría» usado con insistencia en los medios de comunicación para referirse a este tipo de episodios típicamente otoñales.

Ángel Rivera, meteorólogo jubilado de la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, ha querido contribuir con la causa, con la publicación de un entretenido artículo en su blog, al que ha titulado «Sobre ‘gotas’ y ‘danas'», y que es de obligada lectura, tanto para el ciudadano de a pié, pasando por cazatormentas y aficionados a la meteorología en general, y llegando especialmente a los periodistas y redactores de los medios de comunicación audivisual.

El debate de si se debe usar el término de «gota fría» o el de «DANA» se prolonga ya desde hace varios años, y sigue sin llegarse a un consenso entre los meteorólogos, que defienden el segundo por recoger de forma más completa y rigurosa las características del fenómeno atmosférico, y aquellos aficionados y eruditos de la Meteorología, que opinan que el primero, además de por conocido y coloquial (todo el mundo en la calle lo conoce) puede servir perfectamente para referirise a este fenómeno de las lluvias torrenciales en el sur, sureste y este, típicamente otoñales.

En un pequeño grupo de debate en la red social Twitter, Ángel Rivera y varios aficionados y hombres del tiempo, recuperaban el debate de forma particular.

Opiniones a favor de «gota fría» y en contra de «DANA», y viceversa. En el primero de los casos, se defendía la idoneidad del término «gota fría», como término para describir este fenómeno de las lluvias torrenciales del final del verano y el otoño, en la fachada mediterránea peninsular.

Sin embargo, Ángel hacía la siguiente pregunta: «y, ¿qué ocurre con aquellos episodios de lluvias torrenciales que no están asociados a una DANA? ¿también los englobamos con el término?»

Ahí radica el quid de la cuestión porque, mientras el término de «gota fría» sólo se refiere al embolsamiento de aire frío en altura que va asociado a estas situaciones, el de «DANA» recoge de forma mucho más completa a todo el fenómeno más la configuración atmosférica que le da origen y que, básicamente, es la formación de una depresión en capas altas de la atmósfera, como resultado del estrangulamiento de una vaguada (ver la figura que encabeza este artículo).

Además, las DANAs pueden formarse y afectar a cualquier punto de nuestro país, sin ser exclusivo del Mediterráneo.

Llegados a este punto, seguimos recomendando la visita y lectura del hilo de recopilación de datos sobre esta DANA y sus efectos en la Península Ibérica.

Agradecemos a nuestros lectores habituales la confianza depositada en nuestro trabajo, ya que durante las jornadas clave del episodio, batimos nuevos récords de afluencia de visitantes a este portal.

Por otro lado, nos sumamos a todas las expresiones de ánimo para quienes se han visto afectados por las consecuencias del temporal.