Días de anticiclón y de nieblas

 

08.01.13. Estos días la niebla está siendo protagonista en muchas comarcas del interior de la Península Ibérica. La imagen en modo visible de esta mañana del satélite Terra de la NASA que mostramos arriba, revela la enorme extensión de los bancos de niebla en distintas áreas de nuestra geografía: las dos Mesetas, los Valles del Guadalquivir, Guadiana o del Ebro entre otras zonas aparecen tapados por los estratos a ras de suelo.

Como sabemos, la niebla en los meses invernales se trata de un fenómeno meteorológico íntimamente ligado al tiempo estable, anticiclónico, que venimos arrastrando en las últimas semanas.

Salvo en las jornadas donde los frentes nubosos que han conseguido adentrarse entre las altas presiones, han generado vientos que disiparan dichos bancos de niebla, la mayoría de las jornadas de lo que llevamos de invierno, han contado con niebla en más o menos zonas de nuestra geografía.

Sin duda, llama la atención la imagen satelital de hoy martes, cuando las condiciones meteorológicas han sido más propicias para que la niebla abarque más zonas.

La pasada madrugada, el satélite Meteosat-9, a través de uno de sus productos especializado en la detección de este fenómeno durante las horas nocturnas, también mostraba su presencia en amplias zonas llanas y en los valles de la Península.

Días de anticiclón y de nieblas

Mediante este tipo de sensores, es posible detectar dicho meteoro con especial facilidad durante la noche a través de una técnica de combinación de distintos canales de infrarrojos. Los bancos de niebla aparecen coloreados con unas tonalidades grisáceas sobre un fondo de color rosado que se corresponde con la Península Ibérica.

Existen distintos tipos de niebla, según su mecanismo de formación, pero las más importantes son las nieblas de radiación y de valle, cuyos mecanismos son muy similares.

Se basan en el fenómeno de pérdida de calor del suelo en noches despejadas y anticiclónicas, de modo que ese enfriamiento se transmite a la masa de aire inmediatamente encima, haciendo que cambie su temperatura.

Este enfriamiento hace que el vapor de agua de la masa de aire se condense en forma de diminutas gotitas, dando lugar a la niebla. Este fenómeno es clásico, cuando tras un período de lluvias, se instala un anticiclón en la Península.

En otras ocasiones, las nieblas se producen nieblas de advección, como sucedió en las jornadas cercanas a la pasada Navidad y Nochebuena. Esta imagen satelital, del 24 de diciembre capta los bancos de niebla que se formaron en el Mediterráneo.

Días de anticiclón y de nieblas

Las nieblas de advección se tratan de nieblas marinas que necesitan de condiciones bastante precisas para su formación. Las masas de aire tienen un contenido variable en vapor de agua. ¿Qué hace falta para que se forme la niebla a partir de una masa de aire dada? Que esa masa se enfríe hasta alcanzar el punto de rocío. En ese momento, el vapor de agua se condensa en gotitas, dando lugar al coloide que es la niebla.

Suelen aparecer a principio y final del verano (aunque a veces también se forman durante el invierno) coincidiendo con una temperatura del agua del mar relativamente baja, al desplazarse la masa de aire cálido africana sobre el Mar Mediterráneo, se enfria en su base alcanzando el punto de rocío y formando finalmente las nieblas.

En aquellos días, el viraje de vientos cálidos de tierra (de poniente) a Este y Sur provocó que se observaran estampas como esta:

Banco de niebla en Málaga