Hallan teleconexiones atmosféricas entre ambos polos de la mano de las nubes noctilucentes

Los polos de la Tierra cuentan con teleconexiones atmosféricas, de forma que ciertos eventos atmosféricos que ocurren en un extremo del Planeta provocan cambios en el otro. En concreto, la frecuencia de la aparición de las nubes noctilucentes en el Polo Sur es un indicio de la temperatura del Hemisferio Norte.

Así lo afirma un estudio realizado por la NASA, gracias a los datos proporcionados por la nave espacial AIM (Aeronomy of Ice in the Mesosphere, en idioma inglés, o Aeronomía del Hielo en la Mesosfera, en idioma español).

Las teleconexiones de las nubes noctilucentes

Según los investigadores, temperatura del aire en el invierno del Hemisferio Norte está muy relacionada con la frecuencia de las nubes noctilucentes sobre la Antártida.

Pese a que los polos de la Tierra están separados por más de 22.000 kilómetros de distancia estas teleconexiones vincula a la estratosfera del Ártico con la mesosfera de la Antártida.

{youtube}7d3t1_l4bcw{/youtube}

El hecho salió de manifiesto cuando los científicos que reciben los datos de la nave espacial AIM trataban de conocer los procesos físicos que gobiernan la formación de las nubes más altas de nuestra atmósfera.

Hallan teleconexiones atmosféricas entre ambos polos de la mano de las nubes noctilucentes

Para ellos fue una sorpresa encontrar una relación entre la frecuencia de la aparición de dichas nubes en el Polo Sur y el clima del Hemisferio Norte

Los vientos estratosféricos del Ártico

Los vientos estratosféricos que soplan sobre el Ártico controlan la circulación en la mesosfera, cuando se desaceleran en el Hemisferio Norte, un efecto de ondas que se produce alrededor del globo provoca que la mesosfera del Sur se torne más cálida y seca, lo que provoca que se formen menos nubes noctilucentes.

Hallan teleconexiones atmosféricas entre ambos polos de la mano de las nubes noctilucentes

En cambio, cuando esos vientos del Hemisferio Norte vuelven a fortalecerse, las observaciones revelan que la mesosfera del Hemisferio Sur es más fría y húmeda, volviendo a aparecer con más frecuencia las nubes noctilucentes en el Polo más meridional.

Observaciones de 2014

En enero de 2014, un mes propicio para abunden las nubes noctilucentes en el Hemisferio Sur, la nave espacial AIM observó una súbita e inesperada disminución de las nubes.

Además, corroborando la anterior teoría, se detectó que dos semanas antes los vientos en la estratosfera del Ártico se vieron absolutamente alterados, lo que llevó a un vórtice polar distorsionado, como hemos visto en anteriores entradas de cazatormentas.net.

A juicio de los investigadores, este hecho “disparó un efecto de ondas que llevó a una reducción de la cantidad de nubes noctilucentes en la mitad del mundo. Este es el mismo vórtice polar que ganó los titulares este invierno (boreal), cuando partes de Estados Unidos experimentaron frío y hielo extremos”.

Lo sucedido el último invierno tiene precedentes

A raíz de este descubrimiento, los científicos estudiaron detalladamente datos meteorológicos  anteriores descubriendo que había una relación estadística entre el estado del tiempo en invierno en Estados Unidos y la reducción en la cantidad de nubes noctilucentes sobre la Antártida.

Hallan teleconexiones atmosféricas entre ambos polos de la mano de las nubes noctilucentes

Retardo de 2 semanas

El retardo de dos semanas parece que es el período de tiempo que precisa la señal de teleconexión propagarse a través de tres capas de la atmósfera (la troposfera, la estratosfera y la mesosfera) y de un polo al otro.

Referencia: http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/16apr_teleconnections/