Cumulonimbus arcus sobre la Bahía de Málaga, 4-12-2004

Los Cumulonimbus arcus constituyen una de las piezas más codiciadas para los cazadores de tormentas en nuestro país, por la espectacularidad de la nube, y por los fenómenos severos que traen asociados.

Además, su apariencia, su aspecto tenebroso, una nube oscura, ordenada en uno o varios pisos o plataformas, que suele avanzar rápida acompañada de aparato eléctrico, le hace presentarse al observador de manera realmente llamativa.

Sin embargo, la denominación de arcus parece ser utilizada con demasiada facilidad y en ocasiones con ligereza. A continuación, tratamos de explicar por qué.

Qué dice la OMM

Si atendemos a la clasificación dada por el Atlas de Nubes, los Cumulonimbus arcus son nubes tormentosas del tipo Cumulonimbo, que presentan la particularidad de mostrar una base con forma de arco. Incluso la nube cúmulo puede llevar asociada esta particularidad.

Sin embargo, a efectos prácticos, cuando usamos la palabra «arcus» nos estamos refiriendo a una tormenta severa, siendo la nube tormentosa que le da vida, un Cumulonimbus arcus.

Pero es fundamental que la base tenga una clara forma de arco, como la de la imagen que encabeza ese artículo. O como esta otra captada por trabajadores de la NASA en su sede.

¿Cuándo se suelen formar?

Y, en términos de radar, ¿cuándo podemos esperar la formación de este tipo de nubes? Cuando los datos procesados obtenidos por un radar meteorológico nos muestre un sistema de tormentas lineal, es decir, una línea de turbonada.

Pero no sólo eso, sino que la línea de turbonada debe estar integrada por células tormentosas severas y organizadas.

El caso más claro es el de la líneas de turbonada con forma de arco, que en inglés reciben el nombre de bow echo. A continuación se muestra un modelo conceptual de este tipo de estructuras de radar:

Bow Echo
En la imagen: evolución típica de un eco tormentoso de radar (a) en un eco en forma de arco , bow echo , (b, c) y en un eco en forma de coma , comma echo , (d). La línea discontinua indica el eje de mayor potencial de reventones ( downbursts ). Las flechas indican el sentido de flujo de los vientos respecto de la tormenta. Notar las regiones de rotación ciclónica (C) y rotación anticiclónica (A); ambas regiones, especialmente (C), son capaces de sustentar el desarrollo de tornados en algunos casos.

Cuidadosos con su uso

Por lo tanto, se entiende que debemos ser cuidadosos a la hora de usar este término, «arcus», aunque para los cazatormentas experimentados no supone ningún problema.

Porque es cierto que en ocasiones se suele usar este término cuando se observa en el horizonte una cortina de precipitación intensa, que con la perspectiva puede tener cierta forma de arco, pero que solamente supone la transición entre la zona sin lluvia y la parte con precipitación de un frente que lleva asociadas lluvias intensas, ya sean tormentosas o no.

A veces, estas nubes pueden llegar a organizarse formando una línea de muchos kilómetros. La imagen que encabeza esta noticia y estas fotografías siguientes, junto con la imagen del radar, se corresponden con un Cb arcus observado en la Bahía de Málaga en 2004 que pudo extenderse a lo largo de un arco de casi 50 Km.

A veces los arcus pueden aparecer embebidas en la estructura de otras nubes, como los Stratocumulus, como vimos en 2012.

El cumulonimbus

El cumulonimbo se trata de una nube de desarrollo vertical, es decir, que principalmente crece en ese sentido debido a las fuertes corrientes de aire ascendente que se generan en la atmósfera cuando existe un gran contraste térmico entre las capas de aire más bajas (cálidas) y las altas (frías).

Este y otros procesos atmosféricos más complejos aportan gran humedad a zonas muy altas de la atmósfera, pasando ese vapor de agua a formar grandes acumulaciones de hielo en la parte más alta de la nube, granizo, que comienza a caer formando corrientes de de aire descendentes compitiendo con las otras ascendentes.

Estas grandes turbulencias generan mucho rozamiento con la consiguiente creación de electricidad estática.

Este proceso, con el tiempo, va adquiriendo una magnitud enorme, hasta crear grandes diferencias de potencial eléctrico entre diferentes zonas de la nube o con la tierra, produciendo finalmente el rayo.