Mapa de flujo e intensidad de los vientos, 01.12.11 06 UTC. Modelo meteorológico NAM. Crédito: NOAA.

Mapa de flujo e intensidad de los vientos, 01.12.11 06 UTC. Modelo meteorológico NAM. Crédito: NOAA.

02.12.11. Es bastante probable que un importante número de nuestros lectores habituales recuerden un episodio de «Los Vigilantes de la Playa» en que los vientos de Santa Ana hacían que ocurrieran cosas misteriosas en las paradisíacas playas californianas que vigilaban Mitch Buchannon y compañía. Pues bien, da la casualidad de que en estos días, en el sur de California, se está padeciendo un importante episodio de Vientos de Santa Ana. ¿Quieres saber más sobre ellos?

Como bien representa la figura que encabeza este artículo, los Vientos de Santa Ana, son vientos muy intensos que soplan del noreste, desde las tierras interiores de California hasta la zona costera, teniendo en ocasiones consecuencias muy graves, en términos inherentes a la propia velocidad del viento, pero también a veces por ser extremadamente cálidos y secos (propagación de incendios). Estos vientos están condicionados por determinadas configuraciones atmosféricas que determinan la existencia de un grandiente de presión tal que favorece la formación de vientos con esta orientación.

En este caso en particular, y tal como describe la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (National Oceanographic and Atmospheric Administration, NOAA) americana, un gradiente de presión formado entre un poderoso sistema de altas presiones localizado sobre la Gran Cuenca, y una baja en superficie sobre Arizona. Esta configuración, en los niveles más altos de la Troposfera, queda reflejada con una importante ondulación de la corriente en chorro polar, que sopla sobre el área con orientación noreste – suroeste.

En el último pronóstico, los vientos estaban llamados a alcanzar velocidades generales de entre 32 y 72 km/h aprox., con casos aislados de ráfagas de 97 km/h, e incluso excepcionalmente, los 113 km/h en las áreas de pasillos y cañones de las tierras más altas.

Estos vientos, al atravesar los importantes sistemas montañosos interiores, entre Las Rocosas y Sierra Nevada, descienden por las laderas a sotavento, sufriendo un proceso de aceleración que hace que alcancen velocidades de fuerza de huracán, tal como se comentaba en el párrafo anterior. Es interesante el hecho de que el chorro polar, a pesar de soplar a la altura de los 300 hPa, su parte inferior se ve perturbada por los grandes sistemas montañosos del interior californiano, generando ondas gravitatorias de gran amplitud y participando en el proceso de aceleración de los vientos catabáticos

Pero no sólo es el proceso de aceleración el fenómeno más importante, sino también en ocasiones bastante frecuentes el calentamiento de la masa de aire por compresión adiabática en su descenso por las laderas a sotavento. Esto provoca un aumento muy importante de la tempratura a la vez que un dramático descenso de la humedad relativa, en la masa de aire. Estos fenómenos están muy bien caracterizados en diversos estudios del fenómeno.

Una vez descrito el fenómeno, resulta inevitable recuperar la mirada hacia nuestro país, España, porque en diversos puntos de su geografía se producen fenómenos muy parecidos aunque a escala muy reducida. La Costa Tropical granadina, por poner un ejemplo que los administradores de este portal les queda muy cercano, es un ejemplo perfecto: muy característicos son sus vientos del noroeste, que a veces sufren calentamientos de cerca de +10ºC sin estar asociados a grandes vendavales pero, en otras ocasiones, sin calentarse, adquieren un carácter extremadamente racheado y violentos, con rachas de más de 80 km/h.