Riesgo de tornado previsto hasta las 12 UTC de mañana, 27 diciembre 2015.

Riesgo de tornado previsto hasta las 12 UTC de mañana, 27 diciembre 2015.

Tras el primer azote de las tormentas severas que han sufrido diversos estados del sur y sureste de los USA en los últimos días, un nuevo episodio está a punto de comenzar. Todo ello tras unas jornadas en que Norteamérica ha estado térmicamente polarizada, batiéndose numerosos récords de temperaturas máximas mensuales en la mitad oriental.

La figura que encabeza esta entrada es un mapa de probabilidad de formación de tornados durante las próximas horas hasta las 12 UTC de mañana, 27 diciembre de 2015. Texas y Oklahoma son los estados con mayor riesgo de que ocurran tornados de intensidad entre EF-2 y EF-5, con un 10% que es un riesgo que no debe ser subestimado.

Evolución de los campos de altura geopotencial de 500 hPa y vientos (isotacas con vientos mayores a 50 nudos) en las próximas horas.

Prestando un poco de atención a la animación superior, es fácil descubrir que este nuevo episodio de tormentas severas va a tener origen en la formación de una depresión aislada en niveles altos, como consecuencia del estrangulamiento de una profunda vaguada planetaria.

En el flanco este de la nueva perturbación, se darán condiciones óptimas para la formación de tormentas organizadas que, además de tornados, podrán dejar pedrisco de gran tamaño, vendavales y lluvias torrenciales.

Los modelos meteorológicos ya nos permiten incluso observar cómo puede evolucionar la situación desde el punto de vista de imágenes de vapor de agua.

¿Son raros los tornados en diciembre en los USA? Realmente no, aunque nos intenten vender lo contrario. Sí que es cierto que no es habitual que se produzcan grandes oleadas, pero sí que son fenómenos que se producen con una relativa frecuencia.

Por lo tanto, tras unas jornadas en que en la mitad este de Norteamérica se han batido numerosos registros de temperaturas (mínimas y máximas más altas) para un mes de diciembre, ahora la atmósfera se quiere cobrar una especie de venganza por ese exceso de bonanza meteorológica.