Richard Muller

 

07.11.11. Hace unos días, el prestigioso físico Richard Muller, conocido por su escepticismo sobre el calentamiento global escribió un artículo en la editorial de The Wall Street Journal, uno de los medios estadounidenses favoritos de los escépticos. En aquellas líneas, Muller reconocía que los datos eran irrefutables y que el equivocado acerca de las teorías sobre el llamado cambio climático era él.

Muller se trataba de una figura científica aclamada por los grupos conservadores estadounidenses que veían en él un científico que era capaz de afirmar que las advertencias sobre el calentamiento global son exageradas. Parte de la financiación de sus investigaciones procedían de una fundación ligada al Tea Party.

De hecho se embarcó en el Proyecto Berkeley, una amplia investigación destinada a contrarrestar la opinión mayoritaria de la ciencia de que los gases de efecto invernadero creados por el hombre son responsables del rápido aumento de las temperaturas.

Pero los datos han acabado por convencerlo y tras dos años de trabajo junto con un plantel de expertos de primera línea, el físico ha admitido que el equivocado había sido él.

Según sus propias conclusiones, la temperatura media en la Tierra es casi 1° C más alta que en la década de 1950, una velocidad vertiginosa que difícilmente se explica por causas naturales.

Siguiendo las investigaciones realizadas por otros grupos de investigación, Muller se ha remontado aún más atrás, al punto de analizar información recopilada por Benjamin Franklin y Thomas Jefferson en el periodo inmediatamente anterior a la revolución industrial. Además, ha recopilado datos de la temperatura mundial a partir del 1800 procedentes de 15 fuentes diferentes.

El equipo de Muller examinó cuidadosamente dos críticas esenciales de los escépticos. Una es que las estaciones meteorológicas son poco fiables. La otra es que las ciudades, que crean ‘islas de calor’, están distorsionando el análisis de las temperaturas.

«Los escépticos siempre plantearon puntos de vista válidos y todo el mundo debería haber sido escéptico hace dos años. Ahora sabemos que los aumentos de temperaturas que se habían divulgado previamente fueron registrados sin distorsiones», indicó Muller, quién aseguró que comenzó el estudio «con el escepticismo adecuado», algo que «los científicos debemos tener siempre».

En el citado artículo, reconoce que a partir de ahora no existe razón para seguir sospechando sobre los estudios que alertan sobre un incremento de las temperaturas. Aún así, su trabajo se resiste a nombrar un causante del calentamiento global.

Aunque ojo al dato: lo que ha generado más controversia en EE UU es la fuente de financiación del estudio. Al menos una cuarta parte de los 600.000 dólares la aportó la Fundación Charles Koch, creada por dos hermanos que se han hecho multimillonarios en el negocio petrolero.

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