Imagen de alta resolución del vórtice, satélite TERRA (sensor MODIS), 03.05.12.

Imagen de alta resolución del vórtice, satélite TERRA (sensor MODIS), 03.05.12.

05.05.12. A últimas horas de la tarde del pasado jueves, día 3, un sistema tormentoso formado en el Golfo de México, comenzó a adoptar un giro ciclónico y, además, mostrando un aspecto como de pequeña tormenta tropical. ¿Quizás se formó un pequeño ciclón tropical en la zona que pasase desapercibido?

La respuesta es NO.

En realidad, lo que se generó fue un Vórtice Convectivo de Mesoescala, VCM, o conocido en inglés como Mesoescale Convective Vortex.

Son unas estructuras realmente interesantes, porque se trata de vórtices generalmente ciclónicos que se forman a partir de sistemas tormentosos grandes y organizados: Sistemas Convectivos de Mesoescala, SCM, o Complejos Convectivos de Mesoescala, CCM, que son grandes conglomerados tormentosos que pueden ocupar grandes extensiones, con ciclos de vida bastante largos, de varias horas.

Estos vórtices (ampliar imagen de portada), en algunas ocasiones, son extremadamente llamativos, y responsables de que a veces, desde los satélites meteorológicos, se observen estructuras nubosas organizadas en espiral, que convergen en un punto común (centro) y con un aspecto increíblemente parecido al de un ciclón tropical, pero formado, generalmente, en tierra (evidentemente, es fácil deducir, por el caso que estamos estudiando, que también se forma sobre mares y océanos).

Son muy numerosos los casos en Norteamérica y, como siempre, allí se forman los casos más extremos (ejemplo del 8 de mayo de 2009) en los que las similitudes con un ciclón tropical, pero en tierra firme, son más grandes, en casi todos los sentidos. Sin embargo, en Europa también hay registrados casos muy especiales e, incluso, en España, hay documentados varios casos: uno de los más llamativos sucedió durante la madrugada del 10 de septiembre de 2008 en el sureste peninsular, a partir de un SCM originado en el Norte de África.

Regresando al caso que nos ocupa, la visualización de una animación de imágenes del visible, ayuda a comprender mucho mejor la dinámica de estos fenómenos.

Animación del canal visible, presentando la evolución del VCM. Crédito: NASA.

Animación del canal visible, presentando la evolución del VCM. Crédito: NASA.

Se observa perfectamente la circulación ciclónica de la nubosidad, en el mesovórtice.

Esta circulación corresponde a la formación de una pequeña baja presión que aparece por la enorme liberación de calor latente procedente de los procesos convectivos de la gran masa de tormentas. Si la cizalladura vertical del viento presenta unos valores favorables (en general, valores bajos, como los necesarios para el nacimiento de un ciclón tropical), los ascensos de las masas de aire cálido logran generar una baja presión y el comienzo de la rotación de nivel de la mesoescala, apareciendo el vórtice.

Fausto Polvorinos, meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología, en la entrevista que le hizo Cazatormentas.Net hace un tiempo, describió la capacidad de estos fenómenos, en condiciones adecuadas, de servir de germen para ciclones tropicales verdaderos.