Un informe climático sobre la Tierra emitido por la Organización Meteorológica Mundial al inaugurarse la Cumbre sobre el Cambio Climático, COP23, en Bonn, indica que 2017 va camino de ser uno de los tres años más cálidos desde que hay registros.

Aunque la temperatura del Planeta no alcanzará en términos globales la alcanzada en 2016, la anomalía térmica positiva tan alta que se espera, no hace más que ratificar la tendencia cálida que estamos viviendo durante las últimas décadas. Por si no fuera poco, otros indicadores climáticos como el aumento del nivel del mar, de las concentraciones de dióxido de carbono, la disminución de la cubierta de nieve y hielo o la peor distribución de las precipitaciones (con más sequías y más lluvias torrenciales) siguen preocupando a la OMM.

De momento 2017 está 1,1ºC por encima de los niveles preindustriales

Según la OMM de enero a septiembre de 2017 se registró una temperatura media global de aproximadamente 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales.

Como consecuencia del intenso episodio de El Niño que tuvimos en los años anteriores, es probable que 2016 continúe siendo el más cálido del que se tenga registro, con 2017 y 2015 en segundo y/o tercer lugar, respectivamente.

Además, se confirmaría que el período de 2013 a 2017 será el quinquenio más cálido jamás registrado.

Temperaturas globales en 2017

La temperatura media global para el período comprendido entre enero y septiembre de 2017 fue de 0,47°±0,08 °C más cálido que la media de 1981-2010 (estimada en 14,31 °C), lo que representa un aumento de la temperatura de aproximadamente 1,1 °C desde el período preindustrial.

Determinadas partes del sur de Europa, como Italia, el Norte de África, algunas zonas del este y el sur de África y la parte asiática de la Federación de Rusia alcanzaron temperaturas máximas sin precedentes, y en China las temperaturas igualaron el registro más cálido. El noroeste de Estados Unidos y el oeste de Canadá registraron temperaturas más frías que la media de 1981-2010.

Hielo y nieve

La extensión del hielo marino en el Ártico se situó muy por debajo de la media durante 2017 y se mantuvo en niveles bajos sin precedentes durante los cuatro primeros meses del año, según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos y el Servicio de Cambio Climático del programa Copernicus de la Unión Europea.

El máximo anual de la extensión de hielo marino en el Ártico alcanzó, a principios de marzo, uno de los cinco valores más bajos observados por satélite desde 1979, y el valor más bajo según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos. Ha habido cinco récords de extensión máxima, todos ellos después de 2005.

La extensión del hielo marino en la Antártida también estuvo muy por debajo de la media. La extensión mínima anual a principios de marzo fue la más reducida jamás registrada, y la extensión máxima anual de mediados de octubre fue también la más baja, o casi, jamás observada. Las condiciones del hielo marino en la Antártida han variado mucho en los últimos años y la extensión del hielo marino alcanzó un valor máximo récord hace apenas dos años.

La extensión del manto de nieve del hemisferio norte fue de 10,54 millones de kilómetros cuadrados, cifra que se acerca al valor mediano registrado para el período de observaciones satelitales de 1967-2017.

Gases de efecto invernadero

La tasa de aumento del CO2 de 2015 a 2016 fue la más alta jamás registrada, a saber, de 3,3 partes por millón/año, lo que supuso que la concentración de CO2 alcanzara las 403,3 partes por millón.

Las cifras correspondientes a la media mundial de 2017 no estarán disponibles hasta finales de 2018. Los datos en tiempo real de diversos lugares específicos indican que los niveles de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso siguieron aumentando en 2017.

Puedes leer el informe completo aquí.