Cómo influyen los árboles en la formación de las nubes

Los árboles tienen un papel determinante en la formación de las nubes a través de los denominados sesquiterpenos: unos hidrocarburos gaseosos que liberan las plantas y que son un factor fundamental para la génesis de las nubes.

El hallazgo del papel de los sesquiterpenos o sesquiterpenoides por parte de los científicos del proyecto internacional CLOUD se antoja como fundamental para entender no solo el proceso de formación de las nubes, sino también para mejorar las proyecciones climáticas desde medio hasta muy largo plazo, al poder modelizar mejor el papel de las nubes y sus concentraciones.

El proyecto CLOUD (Cosmics Leaving Outdoor Droplets) se trata de una colaboración internacional entre investigadores atmosféricos del centro de investigación nuclear CERN en Ginebra que para este estudio de investigación ha contado con el Grupo de Investigación PSI.

Los árboles y la formación de nubes

El estudio explica que para pronosticar con mayor acierto la evolución del clima a nivel mundial es fundamental conocer la evolución de la capa nubosa del planeta, porque más nubes reflejan más radiación solar, enfriando así la superficie terrestre

Para que se creen las gotas que forman las nubes, el vapor de agua necesita de núcleos de condensación, partículas sólidas o líquidas sobre las que condensarse.

Como hemos explicado en otras entradas de nuestro blog, estos precursores pueden ser partículas de muy diversa índole. Hablamos de una amplia variedad de aerosoles, diminutas partículas sólidas o líquidas de entre 0,1 y 10 micrómetros de diámetro, que pueden ser producidas y liberadas al aire tanto por la naturaleza como por la actividad humana.

Los principales focos de estas partículas pueden ser el polvo del desierto, la sal marina que llega al aire en los temporales, el humo de los incendios e incluso las partículas contaminantes del tráfico o de las industrias.

Los sesquiterpenos, isoprenos y monoterpenos

Pero casi la mitad de los núcleos de condensación se forman en el aire cuando diferentes moléculas gaseosas se combinan y se convierten en sólidos, un fenómeno que los expertos llaman «nucleación» o «formación de nuevas partículas».

En principio se tratan de partículas de un tamaño ínfimo, de apenas pocos nanómetros, pero que poco a poco crecen mediante la condensación de moléculas gaseosas hasta servir como núcleos de condensación.

Existe un gas antropogénico que contribuye a la formación de estas partículas (el dióxido de azufre en forma de ácido sulfúrico), procedente en buena medida de la quema de carbón y petróleo.

Pero existen unos gases naturales implicados en el proceso: los isoprenos, monoterpenos y sesquiterpenos.

Estas sustancias son hidrocarburos que son liberados principalmente por la vegetación los cuales olemos cuando, por ejemplo, cortamos el césped o damos un paseo por el bosque.

Y cuando estas sustancias se oxidan al reaccionar con el ozono, se forman aerosoles en el aire

La concentración de terpenos, por otro lado, aumenta porque las plantas liberan más cuando experimentan estrés, por ejemplo, cuando hay un aumento de las temperaturas y condiciones climáticas extremas y la vegetación.

Las sustancias clave: los sesquiterpenos

Por tanto, sería muy útil conocer saber cómo cada una de estas sustancias contribuye a la formación de nuevas partículas dado que, hasta ahora, los sesquiterpenos no han sido objeto de investigación.

Esto se debe a que son bastante difíciles de medir porque reaccionan muy rápidamente con el ozono y, dado que se encuentran con mucha menos frecuencia que otras sustancias.

(c) Wikipedia – Principales esqueletos sesquiterpénicos (Se incluyen los esqueletos transpuestos y los esqueletos escindidos)

Se estima que cada año se liberan alrededor de 465 millones de toneladas métricas de isopreno y 91 millones de toneladas métricas de monoterpenos, mientras que los sesquiterpenos representan sólo 24 millones de toneladas métricas.

Este estudio ha demostrado que estos compuestos desempeñan un papel importante en la formación de nubes: según las mediciones, en la misma concentración forman diez veces más partículas que las otras dos sustancias orgánicas.