La banquisa ártica volvió por debajo del promedio en el invierno de 2023

banquisa ártica 2023

La banquisa ártica volvió a quedar por debajo del promedio en el invierno de 2023, confirmando su declive en las últimas décadas.

Según se desprende de las observaciones satelitales, la extensión del hielo marino del Ártico al llegar el final del invierno de 2023 fue la quinta más baja desde 1979.

Concretamente, la extensión máxima anual se registró el pasado 6 de marzo de 2023, con tan solo 14,62 millones de kilómetros cuadrados.

La banquisa ártica en claro declive el invierno de 2023

Desde la NASA nos informan de que la extensión del hielo marino del Ártico máxima quedó aproximadamente 1,03 millones de kilómetros cuadrados por debajo del máximo promedio de 1981-2010

Otro apunte preocupante: desde el inicio del registro satelital en 1979, los diez máximos más bajos han ocurrido desde 2006.

Registros satelitales desde 1979

Como hemos indicado en otras entradas relacionadas con la evolución de las banquisas ártica y antártica, estos datos se obtienen con mediciones precisas mediante la telemetría digital obtenida desde los satélites meteorológicos.

Para calcular la superficie, los científicos proyectan esas observaciones satelitales del hielo marino en una cuadrícula y luego suman el área total de cada celda que cuente con al menos un 15 por ciento cubierta de hielo.

banquisa ártica 2023

De esta forma, el contorno amarillo del mapa, nos refleja la extensión mediana del hielo marino en febrero de 1981 a 2010. Una mediana es el valor medio; es decir, la mitad de las extensiones eran más grandes que la línea amarilla y la mitad eran más pequeñas.

La banquisa ha empezado a retroceder, como cada primavera

Superado el máximo anual, la banquisa ártica comenzará a perder extensión hasta septiembre.

En este sentido, sobre lo que puede ocurrir en 6 meses, los científicos apuntan a que las tendencias a largo plazo para esta métrica de hielo marino también apuntan hacia abajo: los últimos 16 años (2007 a 2022) han visto las 16 extensiones mínimas más bajas.

Para ellos, los datos de mínimos bajos generalmente se consideran más importantes que los máximos bajos porque los mínimos están directamente relacionados con la cantidad de hielo de varios años que sobrevivió en un año determinado en el Ártico.

Es decir, la tendencia a largo plazo hacia mínimos más bajos significa una pérdida general de hielo de varios años, lo que tiene un impacto significativo en el clima.