La banquisa ártica alcanzó su máximo anual el pasado 5 de marzo de 2020, alcanzando una superficie de 15,05 millones de Kilómetros cuadrados, un buen registro en comparación al de años precedentes pues solo fue el undécimo máximo más bajo del registro histórico de 42 años de observaciones satelitales.

El dato se refiere, concretamente, a las zonas donde la concentración de hielo era al menos del 15 %.

Seguramente, la fortaleza del vórtice polar durante el pasado otoño-invierno 2019-2020 ha repercutido favorablemente a que se conserve más hielo que otros años, pese a que sí se dieron algunos episodios de temperaturas altas en diversas regiones polares.

Por debajo de la media, pero mejor que otros años

Según los datos del NSIDC, la extensión de hielo marino en el Ártico en 2020 quedó 590.000 Km2 por debajo de la media, aunque alejada del mínimo absoluto de 2017 que fue de 14,42 millones de Km2.

Un dato positivo, aunque no hay que olvidar que la tendencia general, si por ejemplo se analizan fluctuaciones a nivel de décadas, continúa a la baja.

Ciclo anual

En los gráficos que acompañan esta entrada podemos ver la fluctuación habitual que la banquisa ártica experimenta con el avance del calendario. Y concretamente esta imagen nos ilustra la evolución anual para todas las observaciones de las que se tienen registros (42).

En la representación gráfica se aprecia en tonos azul más oscuro los años más recientes y en los claros los más lejanos, los de la década de 1979 a 1989, pudiéndose apreciar el descenso de la superficie.

Sin embargo, 2020 quedaría encuadrado en la parte mediainferior del conjunto de líneas.

De momento, se ve imposible que a corto plazo se alcancen aquellos registros de la década de los años 80; para los expertos de la NOAA “la recuperación a los niveles de la década de 1980 requeriría un engrosamiento del hielo, así como una mayor expansión.”

Comportamiento por regiones

A diferencia de los últimos años, la extensión del hielo marino durante el invierno de 2020 estuvo más cerca del promedio en el mar de Barents (al norte de Noruega y el oeste de Rusia) y en el mar de Bering (sur del estrecho de Bering entre Rusia y Alaska). En el resto de las zonas, el comportamiento fue cercano a lo esperado.

Un máximo anunciado tardíamente

El anuncio del día del máximo anual de 2020 se retrasó en casi 20 días porque los científicos observaron diversas ondulaciones en la extensión media en las últimas jornadas, que les hicieron dudar sobre cuál sería el máximo definitivo.