No cabe duda de que el Ártico es la zona del Planeta más sensible al aumento de la temperatura global de la Tierra. Y dicho impacto parece que generará cambios en nuestro clima a no muy largo plazo.

De hecho, durante los últimos años nos hemos hecho eco de distintos estudios de investigación que valoran y predicen cómo se podría modificar el clima en el Océano Atlántico y su área de influencia.

Ahora, Nature ha publicado un nuevo trabajo que analiza la alteración de uno de los sistemas de circulación de agua más grandes del Planeta: la Circulación Atlántica Meridional de Retorno (AMOC, Atlantic Meridional Overturning Circulation).

La Circulación Meridional Atlántica

La Circulación Meridional Atlántica se trata de una corriente vital para la regulación del clima de la Tierra ya que transporta el agua caliente de la superficie de las latitudes altas, donde calienta el aire y posteriormente se hunde y vuelve hacia zonas ecuatoriales.

Como sabéis, el AMOC con un flujo inferior de agua fría y densa que fluye hacia el Sur desde el Atlántico Norte y otro flujo superior de agua caliente y salada que fluye hacia el Norte desde el Atlántico Sur como parte de la Corriente del Golfo.

Esta corriente desempeña un papel importante en el clima regional y global, afectando a los países del Atlántico, en particular los de Europa , y es la responsable, por ejemplo, de que en España gocemos de un clima bastante más suave que otras regiones del Planeta situadas a nuestra misma latitud.

¿Qué aporta el nuevo estudio?

Para Alexy Fedorov, principal responsable del estudio de investigación hasta ahora el pensamiento convencional ha sido que si la circulación del océano se debilita, reduciendo el transporte de calor desde latitudes bajas a altas entonces debería conducir al crecimiento del hielo marino. Pero su equipo ha encontrado otro mecanismo pasado por alto: un patrón decadal.

A principios de este año, un estudio diferente liderado por Yale y del que os contamos sus principales hipótesis, nos advirtió que el sistema AMOC no era tan estable como se pensaba anteriormente sugiriendo que la posibilidad de un AMOC colapsado bajo condiciones de calentamiento global está siendo subestimado significativamente.

Este nuevo trabajo ha encontrado esta nueva conexión entre hielo marino y AMOC de forma que la pérdida de hielo marino es claramente importante entre los mecanismos que potencialmente podrían contribuir al colapso de AMOC.

Un patrón multidecadal

La pérdida de hielo marino es claramente importante entre los mecanismos que potencialmente podrían contribuir al colapso de AMOC.

En los experimentos de Fedorov y su equipo hallaron una pérdida potencial del 30% al 50% de la fuerza de AMOC debido a la pérdida de hielo marino del Ártico: una cantidad significativa que aceleraría el colapso de AMOC si fuera a ocurrir.

En el corto plazo, los cambios en el Atlántico Norte subpolar tienen el mayor impacto en AMOC pero en el transcurso de varias décadas son los cambios en el Ártico los que se hace más importantes para AMOC.

Es decir, los cambios en el Ártico en una escala de tiempo multidecadal, como la disminución de la cubierta de hielo marino que se está experimentando actualmente y  es la manera más eficiente de debilitar la circulación oceánica en gran escala del Atlántico Norte.

Referencia: http://www.nature.com/nclimate/journal/v7/n8/full/nclimate3353.html