El fenómeno ocurría por la mañana en la localidad onubense de El Rompido, cuando vientos muy intensos azotaron su Club Náutico, haciendo volar a varias embarcaciones. En las noticias de televisión, en su edición de sobremesa, comenzaron a referirse al fenómeno como un tornado. ¿Fue o no fue un tornado?

Realmente todavía no se sabe.

Cuando un fenómeno de estas características afecta a una localidad española, un equipo de «detectives meteorológicos» (que no son más que meteorólogos) de la Agencia Estatal de Meteorología, se desplaza hasta el lugar de los hechos para realizar una investigación de campo, evaluando los daños, analizándolos minuciosamente.

Este análisis es fundamental porque permite descubrir si el fenómeno que los ha producido ha sido un tornado, o si se ha tratado de un potente vendaval asociado a un poderoso chorro descendente asociado a una fuerte tormenta.

Hay que tener en cuenta que un tornado es un remolino en el que los vientos giran de forma helicoidal (podemos comparar con el movimiento de un sacacorchos), ya sea de forma ciclónica (la mayoría) o anticiclónica. Esto determina la forma en que se producen los daños; así por ejemplo, en una zona arbolada, se detectan árboles tumbados en varias direcciones, con ejemplares cuyos troncos pueden estar retorcidos sobre sí mismos.

Por contra, en un vendaval causado por un reventón (downburst en inglés) de una tormenta, los daños son también característicos, con los objetos tumbados radialmente respecto a un centro, ya que los vientos intensos no están asociados a una rotación sino que se desplazan en línea recta, cuando el chorro descendente de vientos impacta contra la superficie.

SINOBAS, el Sistema de Notificación de Observaciones Atmosférias Singulares de AEMET, tiene diseñada una guía en formato PDF en que se describen estas circunstancias de forma más amplia.

Si nos fijamos bien en el vídeo, se observa que los vientos se desplazan en línea recta por lo que, en una primera observación, podríamos decir que no se trató de un tornado. Ocurre que, sin ese análisis exhaustivo del que acabamos de hablar, no se puede asegurar.

Entonces ¿por qué se ha estado hablando tan alegremente de tornado en las noticias de televisión? Por la misma razón por la que todavía se sigue hablando de «alertas» en vez de «avisos»… Parece que prima más el uso de palabras «socialmente» impactantes que el uso de las palabras correctas para definir el término. ¿Que luego no ha sido un tornado? No pasa nada; la gente ya ni se acordará…

Nótese cómo AEMET se refería al fenómeno como posible tornado. Posible significa que «puede» o «puede no» ser un tornado.

En este hilo del foro de debate se está haciendo un seguimiento del sensacionalismo meteorológico de algunos medios de comunicación.