El fenómeno de la ola de calor amenaza de nuevo. Y no es porque los modelos meteorológicos hayan empezado ahora a mostrar este escenario nada halagüeño. En realidad, es un escenario que ya lleva varios días encima de la mesa. Pero debido a la alta incertidumbre que lo acompaña, hemos evitado anunciarlo con excesiva antelación.

Desde hace varios años se habla, y cada vez con más contundencia visto lo visto, de que la Península se está viendo sometida con más frecuencia a una dinámica atmosférica subtropical. Y esto implica, en verano, una mayor susceptibilidad a fenómenos meteorológicos extremos como son las olas de calor y las tormentas severas.

Diciendo adiós a las tormentas

En la última imagen satelital en modo visible y alta resolución podemos ver esas tormentas. Tormentas resultado de intensos procesos convectivos que están teniendo en todo el cuadrante noreste y tercio oriental de la Península. Baleares también podrá verse afectada en las próximas horas.

¿Por qué se están produciendo?

El detonante lo tenemos que buscar en niveles altos de la atmósfera. Al nivel de 500 hPa, equivalente a unos 5,5 km. de altitud en una atmósfera estándar, encontramos una onda bien marcada.

Le acompaña valores de vorticidad positiva, que es la tendencia a la rotación en sentido antihorario. Y, claro, es un delator de inestabilidad atmosférica y de un ambiente favorable para el crecimiento vertical de las nubes.

Esa onda, que aparecía más marcada en horas previas, y por eso ha estimulado la actividad tormentosa durante la pasada noche, tiende a rellenarse y a marcharse hacia el este.

La dorsal anticiclónica comienza a asomar

Pero por detrás de la onda en retirada, asoma el que se va a convertir en el actor principal de las condiciones meteorológicas en los próximos días: una dorsal anticiclónica.

Otro factor contribuyente también asoma la patita, algo más arriba en ese mapa. Ese «huevo frito» que muestra la anomalía de altura geopotencial de 500 hPa en esa zona. Viene a representar un bloqueo atmosférico que va a favorecer el desprendimiento de una DANA al oeste de la Península.

La configuración atmosférica «modo horno»

¿Recordáis la configuración atmosférica asociada a la anterior ola de calor?

Pues la insistencia de los modelos en dibujar una casi idéntica a partir del 9-10 de julio es manifiesta. No obstante, lo que pierde enteros es la potencia de la dorsal. Una dorsal menos pronunciada podría estar indicando procesos advectivos menos intensos, por lo que la masa de aire podría no ser tan cálida. Tampoco recalentarse tanto como la anterior, por otros procesos.

De momento, la Agencia Estatal de Meteorología ya ha publicado una nota informativa, relativa a un episodio de altas temperaturas en la Península y archipiélagos.

Rubén del Campo lo explica perfectamente, así como que el incremento térmico también se va a dejar sentir en Canarias, y antes que en la Península.