Los científicos del Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico (AOML) de la NOAA han realizado un importante descubrimiento. El Niño Atlántico, la contraparte atlántica de El Niño del Pacífico, aumenta la formación de ciclones tropicales frente a la costa de África occidental, también conocidos como huracanes de Cabo Verde.

Un patrón climático que también se da en el Atlántico Norte

El conocido patrón climático del ENSO, El Niño Southern Oscillation, que tiene lugar en el Pacífico Ecuatorial, tiene su equivalente atlántico.

El estudio, publicado en Nature Communications, es el primero en investigar los vínculos entre el Niño/Niña del Atlántico y la actividad ciclónica tropical estacional del Atlántico y los mecanismos físicos asociados.

De todos es conocida ya, a estas alturas, la situación a la que nos enfrentamos este año con las tremendas anomalías que está mostrando el Atlántico este año.

Y, la publicación de este estudio, no podría ser más oportuna.

Huracanes de Cabo Verde

Los huracanes de Cabo Verde tienen su origen en ondas tropicales que se convierten en tormentas tropicales bastante cerca (<600 millas aproximadamente) de las islas de Cabo Verde. Tiempo después, se convierten en huracanes, antes de llegar al Caribe.

La región de Cabo Verde produce algunos de los huracanes más duraderos, intensos y destructivos del Atlántico.

Esto se debe a que tiene mucho océano abierto cálido sobre el cual desarrollarse antes de encontrar tierra, u otros factores que provoquen el debilitamiento.

Los ciclones tropicales que se desarrollan aquí, constituyen más de la mitad de los sistemas tropicales nombrados que se forman anualmente.

Representan más del 80-85 % de todos los huracanes importantes (categoría 3 y superior) que azotan los Estados Unidos y las islas del Caribe.

Anticiclón de las Azores (anticiclón subtropical) y rutas de los huracanes de Cabo Verde. Crédito de la imagen: NOAA AOML

Se sabe que la actividad de huracanes en el Atlántico está condicionada en gran medida por El Niño – Oscilación del Sur.

Es una fluctuación periódica (cada 2 a 7 años) en la temperatura de la superficie del mar y la presión del aire en el Océano Pacífico ecuatorial, y el Modo Meridional del Atlántico, el patrón dominante de fenómenos acoplados. Variabilidad océano-atmósfera en el Atlántico tropical.

Sin embargo, estos patrones meteorológicos se desarrollan predominantemente en el invierno o primavera del Hemisferio Norte y son más débiles durante la temporada de huracanes en el Atlántico (junio-noviembre).

El Niño del Atlántico

El patrón principal de variabilidad de la temperatura de la superficie del mar en el Atlántico tropical durante la temporada de huracanes del Atlántico es el Niño/Niña del Atlántico.

Es una fluctuación periódica de la temperatura de la superficie del mar en el Atlántico ecuatorial, similar a El Niño/La Niña en el Pacífico. Sin embargo, el vínculo entre el Niño/Niña del Atlántico y la actividad de huracanes en el Atlántico no se había examinado previamente.

En este estudio, los científicos utilizan observaciones y datos de reanálisis para mostrar que el Niño Atlántico fortalece la banda de lluvia sobre el Atlántico tropical.

Esto mejora la actividad de las ondas tropicales africanas y la vorticidad (rotación) ciclónica de bajo nivel en el Atlántico norte tropical profundo.

Las ondas africanas del este son vientos fluctuantes en la atmósfera inferior que se originan y viajan hacia el oeste desde África Occidental. Estos vientos se observan desde abril hasta noviembre y son responsables de alrededor del 85% de los huracanes intensos y alrededor del 60 % de las tempestades más pequeñas.

Tales condiciones aumentan la probabilidad de que se desarrollen ciclones tropicales cerca de las islas de Cabo Verde, elevando el riesgo de que grandes huracanes impacten las islas del Caribe y los EE. UU.

Un esquema resumido ilustra el impacto de (a) el Niño del Atlántico y (b) La Niña en la actividad de los ciclones tropicales (CT) del Atlántico. Los tonos azul y rojo indican anomalías en la temperatura de la superficie del mar fría y cálida, respectivamente. La flecha morada en (a) indica las ondas africanas del este. Los tonos naranjas en (a) representan anomalías positivas de vorticidad relativa en niveles bajos, y anomalías positivas de vorticidad relativa en niveles bajos y anomalías negativas de cizalladura vertical del viento en (b). Las flechas grises gruesas representan trayectorias de los CT.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y otras agencias emiten pronósticos estacionales públicos para la actividad de ciclones tropicales en el Atlántic. Su objetivo es brindar una guía sobre la actividad general esperada durante la próxima temporada de huracanes.

Estas perspectivas se basan en gran medida en las relaciones fundamentales entre los estados oceánicos y atmosféricos observados, en particular los relacionados con El Niño, la Oscilación del Sur y el Modo Meridional del Atlántico y la actividad de los ciclones tropicales mencionados anteriormente.

Este estudio muestra que el Niño/Niña del Atlántico es potencialmente un predictor adicional de la actividad estacional de huracanes en el Atlántico. Puede usarse para mejorar las perspectivas estacionales de huracanes en el Atlántico, especialmente cuando otros predictores están en condiciones casi normales, como sucedió durante los períodos de 1992, 2003 y 2008.