La fábrica atlántica de borrascas muy profundas sigue a pleno rendimiento. El vórtice polar estratosférico ha adquirido una gran robustez y está alcanzando valores récord de intensidad. Esto implica que la Corriente en Chorro Polar esté retraída hacia altas latitudes y que muestre una gran actividad. Esto es, vientos extremadamente intensos en su seno, llegando a alcanzar e incluso superar los 400 km/h.

Este patrón atmosférico es característico de estas situaciones de formación continua de borrascas muy profundas en el Atlántico. Pero éstas circulan a tan alta latitud mientras se desplazan hacia Europa, que nuestro país solo recibe la influencia del enorme oleaje que generan. Este fin de semana, los modelos meteorológicos muestran escenarios dantescos. La formación de una borrasca, cuya presión mínima podría caer hasta los 915 hPa, rivalizando con la de menor presión jamás registrada en el Atlántico Norte y todo el planeta.

Complejo y extremo proceso de ciclogénesis explosiva o bombogénesis.

Tal como indica el Meteorólogo Ryan Maue en este excelente conjunto de tuits, la formación de la extraordinaria borrasca sucedería tras un complejo proceso ciclogenético.

Esto es, en primer lugar, la formación de la borrasca «Dennis», que todavía permanece sobre Norteamérica, como germen de la bestia en que se va a convertir después.

Vamos a tener que fijarnos, en la imagen superior, en la borrasca rodeada por el círculo naranja. La Met Office indica que será la borrasca que afectará mañana a las Islas Británicas. Pero en realidad su centro no va a barrerles, sino que va a realizar un loop ciclónico que lo llevará a pasar muy cerca de Islandia y sur de Groenlandia.

A su vez, lo que todavía es el germen de la borrasca «Dennis» (círculo azul), se va a integrar en la órbita de la borrasca rodeada en naranja. Entre ambas, aparecerá el Efecto Fujiwara, rotando ambas en sentido antihorario en torno a un centro común. La fusión de ambos centros depresionarios será la que culmine con la formación de la extraordinaria borrasca de presión tan sumamente baja. Por lo tanto, técnicamente, no será la borrasca «Dennis» la que sufra esta profundización, sino una transformación de la misma.

Ryan Maue comenta que esta dinámica atmosférica no es excepcional (ya ha ocurrido antes), pero no es nada frecuente. Por lo tanto, se alcance o no el récord de presión más baja para un ciclón extratropical, estamos asistiendo a una dinámica atmosférica de lo más inusual e interesante. Y todo a pesar de que siga sin llover en nuestro país… ¡Es lo que toca con este patrón meteorológico!

Por otro lado, del conjunto de tuits, también cabe destacar el reanálisis del ERA-5 para descubrir las borrascas reinas del Atlántico en cuanto a presiones más bajas alcanzadas. Si hace un par de días comentábamos que la reina fue la borrasca «Braer» del 10 de enero de 1993, este reanálisis encuentra una borrasca aún más profunda: una que se desarrolló el 15 de diciembre de 1986, y cuya presión descendió hasta los 912 hPa. Desconocemos el hecho de si está reconocida oficialmente por algún/os organismo/s meteorológico/s oficial/es.

Mika Rantanen, Investigador del Instituto Finlandés de Meteorología, indicaba ayer que borrasca que nos ocupa podría sufrir una caída de su presión mínima de 51 hPa en 24 horas. Lo cual equivale a unas 2,1 veces el valor umbral requerido para estar hablando de una ciclogénesis explosiva. La mejor definición de lo que es un verdadero ciclón bomba.

Corriente en Chorro Polar a pleno rendimiento.

Como decíamos al principio de la entrada, estos patrones meteorológicos se caracterizan por presentar una Corriente en Chorro Polar extremadamente poderosa. Y si hace unos días el viento en su seno, a 250 hPa de altitud, alcanzaba los 425 km/h, este fin de semana podría volver a alcanzar los 400 o más km/h a ese nivel.