Otro mal año para el hielo de la Antártida, empata con el segundo peor histórico

El mínimo anual del hielo marino de la Antártida vuelve a ser muy pobre. El año 2024 nos ha traído el segundo mínimo histórico y vuelve a quedar por debajo de los dos millones de kilómetros cuadrados por tercer año consecutivo.

Años atrás, la Antártida se estaba salvando del descenso de la superficie helada en el resto del mundo, en los glaciares y en todo el Polo Norte, pero ya son varias las temporadas en las que el calentamiento global del planeta parece estar también haciendo mella en la extensión de hielo más importante de la Tierra.

Otro mal año para el hielo de la Antártida

Los datos del NSIDC son con concluyentes: el 20 de febrero de 2024, el hielo marino de la Antártida probablemente alcanzó su extensión mínima de 1,99 millones de kilómetros cuadrados, empatando en el segundo lugar más bajo en el registro satelital de 1979 a 2024.

De esta forma, el mínimo de 2024 ha quedado 850.000 kilómetros cuadrados por debajo de la extensión mínima promedio de la Antártida entre 1981 y 2010, que es de 2,84 millones de kilómetros cuadrados.

Otra interpretación del dato es que el registro de esta temporada quedó solo 200.000 kilómetros cuadrados por encima del peor dato anterior, el mínimo récord establecido el 21 de febrero de 2023.

En esta temporada, el valor mínimo anual se midió 4 días antes que la fecha mediana de 1981 a 2010 del 24 de febrero. Hay que añadir que el rango intercuartil para la fecha del mínimo antártico es del 20 al 27 de febrero.

Una tendencia preocupante

Para entender el contexto del dato, hay que añadir que los tres mínimos establecidos en 2022, 2023 y 2024 corresponden a los 3 más bajos en el registro de 46 años y que 5 de las extensiones de hielo marino antártico más bajas se han producido desde 2017.

Claramente, se ha invertido la tendencia anterior en la que parecía salvaguardarse la banquisa antártica de lo que sucedía en el resto del planeta.

En cualquier caso, los expertos consideran que el período transcurrido desde 2017 es todavía demasiado corto para evaluar si estas bajas extensiones recientes indican una clara señal decreciente; la magnitud de la tendencia es todavía pequeña en relación con las variaciones de un año a otro en la capa de hielo

Este año, las mayores pérdidas se registraron en el mar de Weddell, el mar de Amundsen y el océano Austral frente a la Tierra Victoria, con zonas aisladas a lo largo de las costas de la Tierra Enderby y la Tierra Wilkes.