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Cada otoño e invierno en el Hemisferio Norte, el enfriamiento de las aguas del océano y del aire provocan que la capa de hielo flotante del Océano Ártico crezca, desde su mínimo anual hacia su extensión máxima entre febrero y abril. Sin embargo, hasta ahora en 2016, el Océano Ártico y mares vecinos han ralentizado este proceso, estableciendo mínimos históricos diarios y mensuales.

«El proceso de congelación durante octubre fue muy lento y continuó así durante gran parte de noviembre», dijo Walter Meier, científico de hielo marino en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.

El primer mapa muestra la concentración promedio de hielo marino del Ártico para noviembre de 2016. Las zonas blancas opacas indican la mayor concentración y las zonas en azul oscuro, las aguas abiertas. Todas las áreas heladas dibujadas aquí tienen una concentración de hielo de al menos el 15% (el valor mínimo para el que las mediciones desde el espacio dan una medida fiable) y cubren un área total al que los científicos denominan extensión de hielo marino.

En noviembre, la extensión del hielo marino promedió 9.08 millones de kilómetros cuadrados (3.52 millones de millas cuadradas), la extensión más baja de noviembre en el registro de satélites. La línea amarilla muestra la extensión mediana de 1981 a 2010, y da una idea de cómo las condiciones este noviembre se desviaron de la norma.

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Los años con hielo marino por encima y por debajo de la mediana se muestran en la vista de cuadrícula. Los ocho paneles muestran la extensión de noviembre aproximadamente cada cinco años desde 1978, cuando los satélites comenzaron a monitorear el hielo marino. Cada noviembre es diferente, ya que la congelación está influenciada por factores como la temperatura del agua, la temperatura del aire y los patrones de viento. Los tres factores jugaron un papel en el mínimo de noviembre de 2016.

La progresión del congelamiento se detalla en el siguiente gráfico, que muestra la extensión diaria del hielo marino en 2016 y cada año desde 1979. Después de alcanzar el mínimo anual el 10 de septiembre (el segundo más bajo registrado), el hielo marino comenzó a congelarse de nuevo rápidamente durante la última parte del mes. Octubre fue una historia diferente; el crecimiento del hielo se desaceleró sustancialmente y comenzó a registrar mínimos récord diarios. La congelación se aceleró, pero no fue suficiente. La extensión del hielo marino en octubre de 2016 fue la más baja de cualquier octubre en el registro de satélites.

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Noviembre no fue mejor, estableciendo mínimos históricos cada día. La congelación que se aceleró cerca del inicio del mes fue interrumpida por un período de fusión que duró varios días. Por último, el hielo reanudó una tasa de crecimiento más rápida durante la última semana del mes.

«Los tiempos de muy lento o, incluso, ningún aumento de extensión en unos pocos días, no son particularmente inusuales», dijo Meier. «Pero en realidad tener la extensión disminuyendo a lo largo de 4 o 5 días a mediados de noviembre parece bastante raro».

Una razón clave para los mínimos récord es un océano cálido. Durante el verano, grandes extensiones de aguas árticas oscuras y libres de hielo absorbían la energía solar y el calentamiento. Hasta que el calor escapa a la atmósfera, el hielo marino no puede formarse.

Las temperaturas del aire desempeñan un papel más matizado en el crecimiento y la pérdida de hielo marino, ya que son afectadas en gran medida por lo que el hielo marino y el agua están haciendo. (El aire puede ser calentado por el agua, ya que pierde calor a la atmósfera.) Pero el aire caliente también ha estado llegando procedente de vientos bastante persistentes de latitudes más bajas; el efecto es más pronunciado cerca de Svalbard. «Además de traer aire caliente, los vientos han impedido el crecimiento del borde de hielo hacia el sur», dijo Meier. «También puede haber un efecto de los vientos que empujan a aguas más calientes desde el sur.»

Referencias y lecturas relacionadas:

NASA Earth Observatory images by Joshua Stevens, using data from the National Snow and Ice Data Center. Caption by Kathryn Hansen.

Persistencia de un Ártico «caldeado».

Anomalías de temperatura a 2 m. según análisis del modelo GFS del NCEP, 6 de diciembre de 2016.

Anomalías de temperatura a 2 m. según análisis del modelo GFS del NCEP, 6 de diciembre de 2016.

La presencia de pronunciadas anomalías positivas de temperatura en el Ártico se ha vuelto un fenómeno normal durante todo el otoño de 2016, circunstancia que hemos repetido desde este portal en numerosas ocasiones, y así venimos registrando en el seguimiento en nuestro foro de debate.

No pocos expertos tienen la opinión de que estas anomalías tendrán una fuerte repercusión en el comportamiento meteorológico del próximo invierno en todo el hemisferio. De igual manera se considera que las recientes anomalías ocurridas en Asia o en Europa Occidental pueden tener origen en ellas.