En la actualidad, casi cualquier fenómeno meteorológico extremo que acontece, se achaca al cambio climático y al calentamiento global. La reciente ola de calor en la Antártida, ha sido destacada y puesta en escena en el terreno político. Tanto los «afirmacionistas» como los «negacionistas», se han estado tirando los trastos a la cabeza a propósito de este tema. Pero, los que únicamente les interesa el fenómeno en sí mismo, lejos del «embadurnamiento» político, están buscando la real excepcionalidad de este evento meteorológico singular.

Es necesario recordar que, cuando se habla de clima, se hace referencia a una sucesión de fenómenos meteorológicos que ocurren a lo largo de un periodo mínimo de 33 años, por definición. Por eso no se puede hacer uso de clima como sinónimo de meteorología. Meteorología hace referencia a fenómenos que ocurren en muy corto plazo, perfectamente acotados en la línea temporal.

Temperatura ¡40ºC por encima de lo normal!

Antes de entrar en materia, pongámonos en antecedentes.

El pasado 18 de marzo, una estación meteorológica en una zona remota de la Antártida, registró una temperatura de -10,1ºC. A pesar de parecer un valor extremadamente bajo, dicho valor se situaba nada menos que 40ºC por encima de la temperatura media normal para esa época del año. Dicha desviación superaba el anterior récord para un mes de marzo en más de 20ºC.

«A pesar de su magnitud absolutamente sin precedentes, este evento fue bien pronosticado en los modelos meteorológicos a corto plazo.»

El evento, considerado tan extraordinario, y en un escenario en que el cambio climático lo invade todo, corrió como la pólvora en medios de todo el planeta.

La polvareda levantada fue muy considerable. Pero, como buen científico (en este caso, Físico), el Dr. Robert Rohde es prudente, y habla con un profundo sentimiento científico.

«Este evento está reescribiendo libros de récords y nuestras expectativas sobre lo que es posible en la Antártida. ¿Es esto simplemente un evento extrañamente improbable, o es una señal de más por venir? En este momento, nadie lo sabe

Eric Lagadec es astrofísico del Observatorio de la Costa Azul, especialista en polvo de estrellas. Presidente de la Sociedad Francesa de Astronomía y Astrofísica.

«Nuestros colegas del telescopio ASTEP en el Domo C en la Antártida acaban de registrar un récord de calor para el mes de marzo: estamos más de 40 grados por encima de la media estacional… (¡ola de calor a -12ºC!)», justo antes del récord definitivo de -10,1ºC.

Después, publicaba una foto muy explícita, con los científicos del telescopio.

¿Cómo de improbable es esta ola de calor en la Antártida?

El físico Dr. Robert Rodhe ha publicado un fantástico hilo en la red social Twitter, y que queremos recoger y difundir en esta noticia.

«Hablemos un poco más sobre ese extraordinario evento cálido en la Antártida. Casi 40°C por encima de lo normal y 20°C más que el récord anterior de marzo. Pero, ¿cuán improbable es realmente?»

«Físicamente, tenemos una comprensión bastante buena de lo que sucedió. Un río atmosférico de humedad, extremo y sin precedentes, trajo aire inusualmente cálido y húmedo a la meseta antártica. Pero, ¿qué tan probable es algo así?»

«Comencemos observando la distribución de anomalías de temperatura de los últimos días de marzo. Es decir, cuánto más frío o más calor hacía de lo normal. La distribución es asimétrica en la parte alta, un efecto que se vuelve realmente extremo si ahora se incluye 2022″.

«Si pretende que lo anterior es una distribución normal, la desviación estándar es de aproximadamente 5,5. El pico de 2022 sería entonces un evento de 7 sigma. Pero incluso antes de 2022, esta distribución estaba algo sesgada en el lado alto, así que miremos un poco más de cerca».

Un evento que puede ocurrir 1 vez cada 200 años.

«En lugar de mirar la distribución completa, consideremos la anomalía de marzo más alta de cada año. Esto se puede examinar a través de la lente de la teoría del valor extremo, que trata de caracterizar las colas de una distribución».

«Un gráfico de la temperatura máxima frente a la frecuencia de ocurrencia nos brinda una forma diferente de estimar la probabilidad de este evento. En este caso, los 30 años anteriores en el Domo C sugieren que el calentamiento como el que acabamos de ver podría ocurrir naturalmente una vez cada 200 años (con gran incertidumbre)».

«Un evento que ocurre una vez cada 200 años aún sería bastante raro e inesperado, pero no imposible. Entonces, ¿tal vez esta es una oportunidad? ¿O tal vez el cambio climático ya lo hizo un poco más probable? ¿O tal vez hay otros factores en juego? Realmente no lo sabemos todavía

«Los modelos climáticos son herramientas imperfectas, pero pueden proporcionar alguna información. El científico y climatólogo Favio Lehner analizó un gran conjunto de simulaciones y encontró algunos eventos con un comportamiento similar. Un análisis más detallado de los modelos también puede ayudar a determinar qué tan probable fue esto».

«La conclusión, para mí, es que este fue un evento extraordinario que apenas estamos comenzando a comprender. Es muy extremo y cambia la conciencia de lo que es posible en la Antártida, pero tal vez no tan extremo como parecía inicialmente«.

El cambio climático no debe ser objeto de ideologías políticas

Tras lo que acabamos de leer, también se saca una interesante conclusión que deberían analizar los políticos. Los políticos españoles, pero también lo del resto de Europa y del mundo. Ni el clima, ni el cambio climático, como ocurre también con la energía, no deben ser objeto de ideologías políticas.

Partamos de las propias definiciones de clima y de meteorología.

Definición de «clima«, según la Real Academia Española de la Lengua.

La primera definición es la clave: conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan una región. Pero, según la ciencia, habría que añadir «durante un periodo de al menos 33 años».

Mientras tanto, «meteorología» es la ciencia que estudia los fenómenos atmosféricos. Es decir, fenómenos meteorológicos concretos, en un instante concreto del tiempo.

Por tanto, el cambio climático vendrá determinado por un conjunto de fenómenos meteorológicos extremos anómalos, y su recurrencia a lo largo de un período de tiempo de al menos 33 años.

De ahí nuestra insistencia en que no se puede achacar al cambio climático un evento meteorológico extremo concreto. Va a ser la sucesión de estos eventos a lo largo del tiempo, la que va a caracterizar al llamado cambio climático.

En base a todo esto, es evidente e incuestionable que estamos viviendo un proceso de cambio climático. Pero, al menos este equipo, el que hace posible esta web, tratamos de huir de los alarmismos sensacionalistas. La ciencia de verdad ofrece datos, y los pone en contexto. No crea alarmismos. Y los modelos climáticos, los científicos de verdad, asumen que tienen sus limitaciones.