La denominada ‘última zona de hielo Ártico’ desaparecerá a finales del s. XXI en el supuesto más optimista

última zona hielo Ártico

La denominada ‘última zona de hielo Ártico’ desaparecerá a finales del s. XXI en el supuesto más optimista según un estudio de investigación publicado en phys.org.

Este reducto del Polo Norte se trata de una región de 1 millón de Km2 al norte de Groenlandia y de las costas del archipiélago canadiense ártico, donde el hielo marino es tradicionalmente más grueso durante todo año.

En función de los escenarios más o menos pesimistas que manejan los modelos climáticos, esta recóndita región podría sobrevivir entre 2050 o 2100.

La ‘última zona de hielo Ártico’ desaparecerá este siglo

El trabajo concluye que esta zona será un recuerdo histórico el próximo siglo.

En el escenario más negativo, hacia el verano de 2050, el hielo en esta región se adelgazará drásticamente.

Si la atmósfera no se enfriara al ritmo actual gracias a que se controlan las emisiones de gases de efecto invernadero, cierta parte de la capa de hielo estival podría persistir indefinidamente.

La banquisa ártica y sus ecosistemas en peligro

La desaparición del hielo marino en esta zona acabaría con la vida de la fauna de la región: como las focas y osos polares.

Los científicos nos advierten que, si desaparece el hielo durante todo el año, colapsarán ecosistemas enteros que dependen del hielo y comenzará un ecosistema diferente.

En más de una ocasión os hemos hablado de la importancia que tiene la capa más gruesa y vieja del Ártico, pues es la que sostiene la banquisa año tras año.

En invierno, la mayor parte de la superficie del Océano Ártico se congela, y probablemente lo siga haciendo en un clima más cálido.

La banquisa ártica puede crecer hasta un metro de espesor cada invierno, y si sobrevive uno o más veranos, puede alcanzar varios metros.

En verano, ocurre lo contrario y aparecen áreas dispersas de aguas abiertas.

El Giro de Beaufort

El hecho de que el hielo se rompa facilita que los vientos y las corrientes lleven hielo flotante a grandes distancias en varios giros o ciclos, como el Transpolar Drift o el Giro de Beaufort.

De esta forma, se transporta hielo en el sentido de las agujas del reloj desde Siberia hacia Groenlandia y Canadá.

Y cada año, se expulsa algo de hielo al Atlántico norte a través de los estrechos entre Groenlandia y Noruega.

Pero qué ocurre si el agua empieza a ganar terreno frente al hielo, que gran parte se dirige contra las costas más al norte del Ártico, a lo largo de Groenlandia y las islas canadienses.

Entonces, los flujos repetidos de hielo pueden formar capas y crestas de presión de hasta 10 metros y gran parte permanecerá durante 10 años o más antes de finalmente romperse y retroceder.