La precipitación global disminuye cuando los volcanes hacen erupción en los trópicos.

Así lo afirma un estudio de investigación realizado por científicos franceses, suizos y escoseces, que analizaron el papel de El Niño y de la actividad volcánica en el patrón de precipitaciones del Planeta.

El objetivo de este trabajo era conocer con precisión los cambios climáticos artificiales provocados por el aumento de los gases de efecto invernadero, a partir del entendimiento los efectos de factores naturales como las actividades solares y volcánicas.

El papel de El Niño

Aunque sabíamos que la actividad volcánica reducía la precipitación en todo el mundo, su mecanismo específico no estaba claro.

En el trabajo publicado en Science Advances se recoge que las actividades volcánicas reducen la precipitación terrestre global, pero su escala varía mucho según la simulación de cada modelo climático.

Este estudio ha sido capaz de confirmar que el factor principal para la caída de la precipitación después de estas erupciones volcánicas es la diferencia en la respuesta de El Niño.

Como hemos explicado en otras ocasiones, bajo la influencia de El Niño, la reducción de la precipitación se produce especialmente en las regiones monzónicas mundiales, incluidos el sudeste de Asia, India, Sudáfrica, Australia y América Latina.

El trabajo de los científicos

El grupo de trabajo comparó varias simulaciones de modelos climáticos y descubrió que El Niño apareció en el año siguiente a una erupción volcánica en la mayoría de los modelos, con una caída significativa en la precipitación alrededor de la región del monzón global.

En particular, la fuerza de El Niño fue diferente para cada simulación, y cuanto más fuerte era El Niño, más pronunciada era la reducción de la precipitación.

Además, se constató que cuanto más fuerte era el forzamiento volcánico y mayor era la temperatura del agua en el Océano Pacífico occidental, se desarrollaba un fenómeno de El Niño más fuerte, que a su vez intensificó la reducción de la precipitación.

Otra conclusión

En el estudio de investigación se sugiere que, si se utilizan técnicas de geoingeniería para reducir el calentamiento global mediante la pulverización de dióxido de azufre, el componente principal de las cenizas volcánicas, en la estratosfera inferior para imitar volcanes artificiales, podrían producir efectos secundarios inesperados al cambiar los patrones de precipitación en todo el mundo.

Gracias a estos hallazgos se podrían identificar los efectos secundarios de las técnicas de geoingeniería o para predecir el clima de los últimos años.

Es decir, si se aplican técnicas de geoingeniería para imitar volcanes y bloquear la luz solar, la sequía y la escasez de agua pueden aumentar significativamente en las regiones de los monzones, donde viven dos tercios de la población mundial.