Atendiendo a los últimos datos ofrecidos por la NOAA, las aguas superficiales del Atlántico Norte se encuentran excepcionalmente cálidas. Comparando estos datos con la serie de observaciones, habríamos entrado en terreno desconocido. Nunca antes, estando a finales de marzo, se habría registrado un Atlántico tan caliente.

¿A qué pueden deberse estas anomalías? ¿Qué repercusiones pueden tener en los patrones meteorológicos de esta parte del hemisferio norte?

Mapa de anomalía de temperatura de las aguas superficiales.

Muchos de los que nos leéis cada día, nos preguntáis por el origen de algunos de los mapas que incorporamos en nuestros artículos. En este caso, el mapa de anomalía de temperatura de las aguas superficiales de mares y océanos.

Tal como reza arriba en la imagen, el mapa está confeccionado a partir del OISST (Optimum Interpolation SST).

La temperatura de la superficie del mar de interpolación óptima diaria de 1/4° de la NOAA (Optimum Interpolation Sea Surface Temperature, OISST) es un registro de datos climáticos a largo plazo que incorpora observaciones de diferentes plataformas (satélites, barcos, boyas y flotadores Argo) en una cuadrícula global regular.

El conjunto de datos se interpola para llenar los vacíos en la cuadrícula y crear un mapa espacialmente completo de la temperatura de la superficie del mar. Las observaciones de satélites y barcos se refieren a boyas para compensar las diferencias de plataforma y los sesgos de los sensores.

Aguas superficiales en valores récord de temperatura

La imagen contenida en este tuit de Leo Simons, investigador del clima, no deja lugar a dudas. Las aguas comprendidas en la cuadrícula 0-60ºN y 0-80ºW, estaban a 20,1ºC el pasado 29 de marzo de 2023. Terreno desconocido en toda la serie de observaciones.

¿A qué se debe este calentamiento de las aguas?

Curiosamente, y aunque parezca increíble, el origen de este fuerte incremento de las temperaturas se debe a una disminución de las emisiones de azufre del tráfico marítimo.

Por lo que se observa a partir de los datos, las nuevas regulaciones del tráfico marítimo que entraron en vigor a principios de 2020, se produjo una fuerte reducción de estas emisiones.

Al parecer, el dióxido de azufre o SO2, tiene la capacidad de reflejar la radiación solar, impidiendo que esta alcance la superficie del planeta.

Con la disminución de estas emisiones, se observa al mismo tiempo un fuerte incremento en la absorción de radiación solar en el área acotada en el estudio del hilo anterior.

«Si esta tendencia continúa, eso podría significar que las latitudes medias del hemisferio norte (donde vivimos muchos de nosotros) se calentarán mucho más rápidamente. También podría afectar los sistemas climáticos globales y regionales, como los monzones. Es probable que haya un clima más extremo».

Raro fenómeno cuando el ENSO tiende hacia una fase de «El Niño»

Para científicos e investigadores, resulta extraño que se esté dando este fenómeno en el Atlántico Norte cuando en el Pacífico estamos asistiendo a una transición del ENSO hacia una fase de El Niño.

Por norma general, que se desarrollen condiciones de El Niño en el Pacífico, tiene consecuencias en el Atlántico Norte.

Interfiere en la temporada de huracanes atlánticos, inhibiendo la formación de ciclones tropicales, al estimular un incremento de la cizalladura vertical del viento.

Este aumento de la cizalladura vertical del viento también se asocia con vientos más intensos en superficie, que enfrían las aguas superficiales del océano.

Incertidumbre para la temporada atlántica de huracanes 2023

Todo lo que está ocurriendo añade mucha incertidumbre en cuanto a cómo puede comportarse la próxima temporada de huracanes atlánticos.

Pronto saldrá la primera previsiones por parte del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Colorado, y ya veremos qué predicciones iniciales de partida podríamos tener.