La culpa del alargamiento de esta pertinaz sequía la tiene en buena medida la robustez inusitada del vórtice polar

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La culpa del alargamiento de esta pertinaz sequía la tiene en buena medida la robustez inusitada del vórtice polar.

Se trata de las llamadas teleconexiones. Un tema del que hablamos de vez en cuando, desde hace ya muchos años. Y viene a resumirse en que, lo que ocurre en la alta atmósfera, suele terminar teniendo reflejo en lo que ocurre en la baja atmósfera (troposfera). Aunque también ocurre a la inversa, y a veces no se sabe qué vino antes, si el huevo, o la gallina.

A pesar de todo, existe un amplio consenso en que el comportamiento del vórtice polar estratosférico tiene mucho que ver con los patrones meteorológicos que ocurren debajo, en la troposfera. Y durante todo este invierno 2021 a 2022, el vórtice polar estratosférico ha estado mucho más fuerte de lo normal.

Vórtice polar estratosférico y sus comportamientos

Esta es la regla fundamental que rige la conexión entre el comportamiento del vórtice polar estratosférico y lo que ocurre debajo, en la troposfera.

Así, cuando el vórtice polar estratosférico es intenso y robusto, como este invierno, el chorro polar en capas inferiores se mantiene muy intenso. Y como el chorro polar actúa como una especie de barrera entre el aire frío polar al norte, y el aire cálido subtropical al sur, este chorro mantiene confinado a ese frío.

Sin embargo, cuando el vórtice polar estratosférico se debilita, el chorro polar se perturba, y pueden producirse desbordamientos de ese aire frío. De igual manera, el aire cálido puede acceder a latitudes donde no es propio.

En definitiva, cuando el vórtice polar estratosférico es intenso y robusto, se convierte en un sistema muy estable. Y esa estabilidad, puede inducir patrones atmosféricos persistentes en la troposfera.

Por ejemplo, la perpetuidad del anticiclón de las Azores cerca de nosotros, creando un problema de sequía como el que tenemos. O el mismo efecto en el noroeste de Norteamérica (USA y Canadá), en donde han padecido una ola de calor en pleno invierno.

Estas particularidades relacionadas con la persistencia o no del Anticiclón de las Azores, se asocian a dos índices de suma importancia en el tiempo en Europa: el índice NAO y el índice AO.

Hace algún tiempo, escribimos un interesantísimo artículo explicando qué es cada uno de ellos, y su influencia en el tiempo en España y Europa.

El vórtice polar muy robusto tiene la culpa de la sequía

Durante todo el invierno 2021-2022, el vórtice polar estratosférico se ha mostrado muy robusto. A penas ha sufrido perturbaciones y, actualmente, muestra una robustez bien por encima de lo normal.

Modelos meteorológicos como el europeo IFS / ECMWF muestran un progresivo debilitamiento, pero que parece el comportamiento normal, según se acerca la primavera.

Y es que, como resultado del mecanismo natural que nos va llevando hacia la primavera y el verano, el vórtice polar se va debilitando hasta desaparecer. En su lugar, aparece un sistema de sentido contrario. Lo que vendría a ser un anticiclón, pero en la estratosfera. Ese sistema nos acompañará durante todo el verano.

Persistencia de las condiciones secas en España

Otra consecuencia de la robustez del vórtice polar estratosférico, es la persistencia de las condiciones anticiclónicas en el este del Atlántico Norte.

La total ausencia de temporales de lluvia del oeste y suroeste ha tenido un impacto muy negativo en los recursos hídricos de nuestro país.

Hace muchos meses que no llueve en condiciones, y esta situación lleva a España a una situación de sequía muy preocupante. Con los embalses a nivel alrededor del 44%, las perspectivas no podrían ser peores.

Y es que la persistencia del actual patrón atmosférico nos lleva prácticamente a una escasez cuasi total de lluvias en lo que resta de invierno.

Las perspectivas no podrían ser peores si, cuando toca que llueva, no lo hace. Poner las esperanzas en tiempo inestable durante la primavera, no es demasiado realista.

Porque, siendo sinceros, estadísticamente, las primaveras con temporales de lluvia son una rareza. Y aunque pudiéramos tener una primavera tormentosa, con las tormentas no se van a reponer los embalses. Habrá que tener esperanza de que el anticiclón de las Azores se debilite, y permita la llegada de algunas borrascas, que ayuden a paliar algo la situación.

Pero, siendo realistas, las perspectivas son pésimas. Una primavera prolífica en temporales atlánticos, es la opción menos probable.

Potentes borrascas están azotando las Islas Británicas

Otro fenómeno bastante común durante episodios de vórtice polar estratosférico intenso y robusto, son los ciclones bomba atlánticos.

Comienzan a gestarse frente a la Costa Este de los USA, y Terranova, y llegan convertidos en auténticos borrascones. Provocan enormes temporales marítimos y terrestres en las Islas Británicas y el norte de Francia, pero no suelen afectar a nuestro país.

Y este es el caso de futuro meteorológico inmediato en las Islas Británicas.

Una borrasca que se está gestando al otro lado del Atlántico, y que mediante un proceso de ciclogénesis explosiva se va a convertir en un ciclón bomba muy poderoso.

La Met Office ha asignado el nombre de Eunice para esta borrasca, llamada a provocar un enorme temporal en las Islas Británicas y en noroeste de Europa.