Younger Dryas: un brusco enfriamiento en el Ártico hace 13.000 años

Younger Dryas fue un brusco enfriamiento tuvo lugar en el Ártico hace 13.000 años, un evento climático que terminó con más de 1.000 años de calentamiento global.

Esta y otras conclusiones se desprenden de un estudio de investigación realizado por de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI), publicado en Nature Geoscience, y que se centra en el período llamado Younger Dryas.

¿Por qué se llama Younger Dryas?

Dryas octopetala es el nombre de una flor que se extendió por las zonas del Hemisferio Norte durante esos fríos años, de forma anómala.

Su extraña aparición sirvió para bautizar a este evento cuyo origen  sigue siendo un misterio y una fuente de debate durante décadas.

Para muchos investigadores la causa del repentino enfriamiento fue una gran afluencia de agua dulce que llegó a partir de capas de hielo y glaciares derretidos en el Atlántico Norte, interrumpiendo el sistema de circulación de aguas profundas (la Circulación de Retorno del Atlántico Meridional o AMOC) de la que tanto hemos hablado en cazatormentas.com en estos últimos años y que regula el clima en buena parte del Hemisferio Norte.

Precisamente esa modificación de la AMOC se está barajando como una posible consecuencia a corto plazo del actual calentamiento del Ártico, como os hemos contado en otras entradas.

Cómo se realizó el estudio

El trabajo arrancó en 2013, cuando un equipo de investigadores de WHOI y la Oregon State University zarparon hacia el este del mar de Beaufort en busca de pistas sobre las inundaciones que se produjeron en la desembocadura del río Mackenzie en el océano Ártico.

Después de analizar los fósiles de conchas de plancton fósil que se encuentran en los núcleos de sedimentos, encontraron la señal geoquímica largamente buscada por la inundación.

La influencia en la AMOC

«La firma de los isótopos de oxígeno registrados en los caparazones de foraminíferos preservados en el sedimento  nos permitió tomar las huellas dactilares de la fuente del lago glacial en el río MacKenzie hace 13.000 años», dijo el investigador principal Neal Driscoll, profesor de geología y geofísica en Scripps.

«La datación por radiocarbono en los proyectiles proporcionó las limitaciones de edad. Los modelos de circulación para el Océano Ártico revelan que el agua superficial de baja salinidad se transporta eficientemente al Atlántico Norte.  Qué emocionante es cuando las piezas de un rompecabezas de más de 100 años se unen.»

Para los investigadores este tipo de hallazgos estimularán más a futuras investigaciones sobre cuánta agua dulce es realmente necesaria para causar un cambio en el sistema y el debilitamiento del AMOC y pueden ser el inicio de nuevas teorías que expliquen la dinámica de nuestra atmósfera, en una época en la que parece que el Ártico se está calentando, la banquisa perdiendo hielo y podría estar alterándose la AMOC.