La ciencia avisa: el verano no dará tregua en la lucha contra el coronavirus

La ciencia avisa: el verano no dará tregua en la lucha contra el coronavirus

Un equipo científico integrado por investigadores de Universidad de Málaga (UMA) y Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IRNAS – CSIC), ha revisado más de una treintena de trabajos científicos publicados a nivel mundial desde enero de 2020 sobre el efecto de las variables atmosféricas (principalmente, temperatura y humedad) en la propagación e incidencia del nuevo coronavirus (SARS CoV-2).

Los resultados aparecen publicados en un artículo evaluado de forma anónima por tres científicos de la especialidad, han sido publicados en la revista Investigaciones Geográficas (editada por el Instituto Interuniversitario de Geografía desde 1982, e indexada en Web of Science: ESCI; Scopus.

En ella los autores llegan a la conclusión de que no existe evidencia científica sólida que respalde la afirmación de que el aumento de las temperaturas primaverales y, sobre todo, el inexorable aumento de las mismas durante el verano, pueda contribuir a limitar la progresión del SARS CoV-2 y la enfermedad asociada (COVID-19).

Los efectos del coronavirus COVID-19 en la meteorología

Los efectos del coronavirus COVID-19 en la meteorología

El impacto de la crisis del coronavirus COVID-19 en el campo de la meteorología va más allá de la pérdida de datos obtenidos de los vuelos comerciales, que os contábamos días atrás, los cuales son esenciales para los pronósticos de los modelos numéricos meteorológicos.

La paralización de la actividad humana en todo el Planeta trae más problemas: los científicos no pueden recopilar datos de series climáticas históricos o recónditas y la falta de mantenimiento pone en peligro algunas sondas y boyas.

Una reseña de Nature nos pone en sobre aviso sobre lo que puede ocurrir en las próximas semanas y meses.

La mortalidad del coronavirus se acentúa con la contaminación

La mortalidad del coronavirus se acentúa con la contaminación

La mortalidad del coronavirus se acentúa en las zonas con más contaminación: así lo afirma un estudio desvelado por la Universidad de Harvard que ha analizado la relación entre la letalidad del COVID-19 y la polución en la atmósfera.

Jornadas atrás os informábamos de la relación entre la transmisión del virus, la temperatura y la humedad relativa, así como de que la contaminación, por sí sola, es un factor que acorta la vida media de las personas, en el global del mundo, en tres años.

Ahora, este trabajo viene a relacionar todos los aspectos, aunque como os avisamos en los otros estudios, entendemos que las conclusiones no tienen toda la consistencia que sería deseada si se hubiera podido realizar un muestreo más amplio en el tiempo y el espacio. Aun así, os contamos las principales conclusiones.

La crisis del coronavirus provoca una caída notable de la contaminación en Europa

La crisis del coronavirus provoca una caída notable de la contaminación en Europa

La crisis del coronavirus Covid-19 solo nos está dejando una noticia positiva: la bajada de los niveles de la contaminación en todo el Planeta.

Sucedió hace unas semanas en China, donde, ahora que salen de sus peores días, la actividad se reanuda y los niveles contaminantes ascienden. Y ahora, la situación se traslada a Europa y pronto se reflejará en América o Australia y en mucha menor medida en África por su inferior avance industrial y tecnológico.

Las observaciones satelitales de la Agencia Espacial Europea han constatado un descenso notable del dióxido de nitrógeno, espectacular en algunas zonas con mayor concentración de industrias o con una orografía y geografía donde los contaminantes permanecen más tiempo.

La crisis del coronavirus COVID-19 reduce la fiabilidad de las previsiones meteorológicas

La crisis del coronavirus COVID-19 reduce la fiabilidad de las previsiones meteorológicas

La pandemia provocada por el coronavirus COVID-19 parece que también afecta de forma indirecta a la meteorología.

Las restricciones impuestas en el tráfico aéreo y la imposibilidad de recopilar datos meteorológicos por parte de las aeronaves en sus vuelos, implica que estas herramientas matemáticas están contando con menos información de partida, lo que a su vez provoca que la calidad del pronóstico sea peor.

Se estima que, en estos momentos, la información recopilada solo por el ECMWF es un 65 % menor que antes del inicio de la crisis.