Las ventiscas contribuyen a aumentar el calentamiento del Ártico: los aerosoles implicados

Aunque resulte contradictorio, las ventiscas de nieve contribuyen a calentar aún más el Ártico, según un estudio de investigación.

En otras ocasiones hemos explicado que las particularidades bioclimáticas del Polo Norte están provocando un efecto de amplificación del calentamiento que sufre todo el planeta en esta región concreta. Este factor, sería uno más que acelera dicho proceso.

 La investigación explica que la abundante producción de aerosoles de sal marina procedentes de la nieve arrastrada por el viento en el Ártico central, favorece la formación de las nubes lo que a su vez contribuye al aumento del calentamiento estacional de la superficie.

Las ventiscas de nieve calientan el Ártico

El trabajo de investigación explica que desde hace tiempo la ciencia conoce que los contaminantes de otras regiones tienden a acumularse en la atmósfera del Ártico.

Allí, alteran su delicada química atmosférica, absorben la luz solar y afectan a los patrones meteorológicos locales, provocando un calentamiento localizado que derrite el hielo y la nieve.

De manera particular, las moléculas de sal marina son las predominantes en la concentración de masa de aerosoles.

Este estudio demuestra que la abundante producción de aerosoles finos de sal marina procedentes de las ventiscas de nieve que son habituales en el Ártico central, fomentan el aumento la concentración de partículas y la formación de nubes.

Bruma ártica

En las últimas décadas, los científicos han identificado en esa zona del planeta un fenómeno meteorológico (o quizás, podríamos decir que climático) que llamaron ‘bruma ártica’, fruto de la principal fuente de aerosoles presente en el Ártico durante el invierno y la primavera.

Dicha nebulosa estaría compuesta por contaminantes a larga distancia, provenientes de otras partes del planeta.

En este trabajo se demuestra que las nevadas con fuertes vientos producen partículas de sal marina, contribuyen en una fracción más sustancial a la concentración total de aerosoles en el Ártico central.

Se forman partículas de sal marina mucho más pequeñas y en mayor concentración de lo esperado cuando había nieve soplando en condiciones de viento fuerte.

Y provoca el aumento de la temperatura

Como en cualquier zona del planeta, las noches más frías del invierno ártico son las más despejadas, cuando el calor de la Tierra puede escapar al espacio sin obstáculos.

Como es sabido, si aparece esta bruma o, sobre todo, si aumenta la capa nubosa, la radiación de onda larga queda atrapada y cesa el enfriamiento y aumenta la temperatura.

Por tanto, cualquier proceso que provoque un aumento de la formación de nubes y una nubosidad persistente también incrementa las temperaturas de la superficie.

Precisamente, estas pequeñas partículas de aerosol, incluidos los finos aerosoles de sal marina producidos por las ventiscas resultan ser muy buenos para la formación de nubes, y por tanto, para aumente la temperatura en la zona.